A primera hora de la mañana, el presidente de la compañía, Shinichiro Ito, acompañado del director ejecutivo del fabricante estadounidense Boeing, Ray Conner, participaron en el primer vuelo de prueba en Japón realizado desde el aeropuerto tokiota de Haneda.
El ensayo, que duró cerca de dos horas y se desarrolló sin aparentes contratiempos según medios locales, se produce después de que la autoridad aeronáutica nipona aprobase el viernes la reanudación de las operaciones de los modelos del avión Dreamliner.
La decisión del Gobierno nipón se produjo después de que la Autoridad Federal de Aviación de EEUU (FAA) dio el visto bueno a la reanudación de los vuelos de este aparato, una vez fueron aprobadas las mejoras en las baterías presentadas por el fabricante estadounidense Boeing.
En este sentido, desde que se produjo la avería, el fabricante ha empleado hasta 200.000 horas probando las baterías defectuosas y otras 100.000 horas realizando ensayos, según confirmó ayer un directivo de Boeing en Tokio.
Tras la luz verde para la reanudación de los vuelos, ayer la compañía Ethiopian Airlines se convirtió en la primera del mundo en reanudar los vuelos comerciales de sus Dreamliner, tras realizar un vuelo entre Adis Abeba y Nairobi.
Al margen de los vuelos de prueba, y como requisito prioritario previo a retomar las operaciones comerciales, tanto ANA como Japan Airlines (JAL), que cuentan con 17 y 7 aparatos “Dreamliner”, deberán llevar a cabo medidas adicionales de seguridad.
Entre ellas, se encuentran la obligatoriedad de realizar ensayos de vuelo adicionales, la monitorización permanente y remota del estado de las baterías o incrementar las inspecciones de su voltaje.
El problema con los 787 se remonta a primeros de enero, cuando se detectaron varios fallos por sobrecalentamiento en las baterías ión-litio de las aeronaves, lo que provocó el cese de las operaciones de los casi 50 nuevos aparatos de Boeing en todo el mundo, de los que ANA es la que cuenta con la mayor flota.