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Un grupo de insurgentes del EI interceptó ayer a una decena de talibanes en una zona remota de la provincia occidental de Nanhargar y les cortó la cabeza en ese mismo lugar, dijo un portavoz del Cuerpo 201 del Ejército en el este del país, Numan Hatifi.
Los talibanes fueron capturados cuando trataban de huir a un área remota tras enzarzarse en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad afganas, añadió la fuente.
En las últimas semanas, decenas de insurgentes perecieron y resultaron heridos en choques armados entre los talibanes y el EI por el control de varias áreas de Nangarhar, donde todavía continúa el intercambio de fuego.
Hatifi aseguró que el EI, recién llegado al país islámico, ha arrebatado a los talibanes el control de varias zonas y han comenzado a reclutar adeptos para su régimen.
Las áreas fronterizas con Pakistán como Nangarhar tienen un importante valor estratégico para los insurgentes en Afganistán, cuyo escenario de guerra ha sido alterado con la reciente irrupción de nuevos grupos que proclaman su lealtad al EI.
En abril el presidente afgano, Ashraf Gani, confirmó la autoría del Estado Islámico en el primer atentado reivindicado por ese grupo, advirtiendo de que el país se enfrenta a “un nuevo tipo de guerra” por parte de “terroristas extranjeros”.
La OTAN puso punto final en 2014 a su misión de combate en Afganistán, la ISAF, sustituida desde enero por una operación con 4.000 soldados en tareas de asistencia y capacitación, y que será seguida a su término de otra liderada por civiles pero con un componente militar.
Estados Unidos mantendrá desplegados a 9.800 militares hasta final de año como parte de su misión “antiterrorista” en Afganistán, después de que el presidente estadounidense, Barack Obama, ordenara la ralentización de la salida de las tropas de ese país prevista inicialmente para este mismo año.