Kirchner, de 61 años, se encuentra “estable, continúa internada con tratamiento antibiótico endovenoso, con observación evolutiva y seguimiento de los cultivos realizados” en el sanatorio Otamendi de Buenos Aires, donde fue ingresada el domingo, dijo el parte médico del lunes en la noche.
Ese fue el último informe oficial sobre el estado de salud de la mandataria, que es visitada por su entorno más íntimo y bajo fuertes medidas de seguridad que impiden el acceso a la prensa en los alrededores de la clínica ubicada en Palermo, corazón de Buenos Aires.
Según el parte médico divulgado por el gobierno, Kirchner sufre una “sigmoiditis”, es decir, una inflamación o infección en una parte del colon. La presidenta está internada “por un cuadro febril infeccioso con bacteriemia (bacterias en sangre)” a raíz de una “sigmoiditis” , señaló el parte de la Unidad Médica Presidencial.
Desde la Casa de Gobierno no han revelado más detalles y en el Sanatorio Otamendi el personal no está autorizado a brindar información sobre la situación de la presidenta.
No obstante, fuentes de la clínica dijeron al diario Clarín, que Kirchner “debería permanecer al menos hasta el miércoles”.
A un año de las elecciones presidenciales, la mandataria suele mostrarse muy activa al cumplir una agenda cargada de actos y viajes, que en los últimos ocho meses ha tenido que suspender en tres oportunidades por dolencias que según sus médicos no revisten gravedad.
Como consecuencia de esta hospitalización, Kirchner suspendió una visita prevista para este martes de su par chilena Michelle Bachelet, con quien además de celebrar el 30 aniversario de un tratado bilateral realizarían una audioconferencia con el papa Francisco.
Desde que Kirchner sucedió en 2007 a su esposo Néstor Kirchner (fallecido en 2010), ha sufrido varios incidentes de salud que van desde episodios de hipertensión hasta una intervención quirúrgica por un falso positivo de cáncer de tiroides a principios de 2012.
En octubre de 2013 se le extrajo un hematoma craneal causado por una caída y estuvo fuera de actividades públicas por seis semanas, hasta diciembre de ese año.
En julio, un cuadro de faringolaringitis la apartó de la vida pública por más de dos semanas y el 21 de octubre pasado retomó su agenda tras suspenderla 48 horas por orden médica a raíz de una faringitis.