“Hablamos no solo de los sectores de la frontera ruso-ucraniana, sino también de los puertos, de la defensa de los mares Azov y Negro, y también de garantizar la defensa antiaérea”, dijo Poroshenko al inspeccionar unas maniobras militares en la región fronteriza de Chernigóvskaya.
Poroshenko subrayó que en el marco de las medidas relativas al estado de excepción decidió reducir los preparativos militares “para garantizar el traslado a tiempo de las tropas a los lugares de un posible ataque por parte del Estado agresor”.
En las diez regiones afectadas por el estado de excepción se efectuarán también ejercicios militares y ensayos de movilización de las tropas de reserva, explicó, según medios locales.
Recordó que el estado de excepción estará en vigor durante 30 días y expresó su confianza en que no sea necesario prorrogarlo, aunque destacó que, después de los progresos experimentados en los últimos cuatro años y medio, el Ejército ucraniano “está preparado para hacer frente al enemigo”.
“Aprovecharemos este período para reforzar nuestra defensa y nuestra capacidad de defender a los ciudadanos de un ataque enemigo. Espero que nos limitemos a las medidas citadas y no necesitemos prolongarlo”, dijo.
Poroshenko, que estuvo acompañado en los ejercicios por altos mandos de los ejércitos de Estados Unidos y Canadá, denunció el sábado que Rusia ha desplegado a unos 80.000 soldados, además de más de 3.000 tanques y vehículos militares, en la frontera, en la anexionada Crimea y en las zonas del este del país bajo control separatista.
A esas tropas se sumarían medio millar de aviones, 33 helicópteros, 1.400 piezas de artillería, además de 80 buques y ocho submarinos en los mares Negro, Azov y Mediterráneo.
A la hora de proponer al Parlamento la imposición del estado de excepción, algo que no se hizo ni después de la anexión de Crimea ni de la sublevación prorrusa en el este del país, ambas en 2014, Poroshenko explicó que Ucrania se enfrenta a “una guerra a gran escala” con Rusia.
El Kremlin tachó hoy de “totalmente absurda” la afirmación de Kiev de que el ejército ruso se propone apoderarse de los puertos ucranianos de Mariúpol y Berdiansk para abrir un corredor terrestre entre las zonas prorrusas en Donetsk y Lugansk y la península de Crimea.