Varios oficiales tuvieron que contener las lágrimas durante la audiencia sobre la masacre en Aurora (un suburbio cerca de Denver, Colorado) cometida el 20 de julio del año pasado supuestamente por James Holmes, de 25 años, presente en la sala.
Los familiares de las víctimas también se enjugaban las lágrimas cuando un socorrista recordó haber hallado sin pulso a la víctima más joven del tiroteo, una niña de seis años.
El juicio preliminar, que durará una semana y tiene lugar en un tribunal en Centennial, otro suburbio de Denver, tiene por objeto determinar si existe evidencia suficiente para enjuiciar al hombre acusado de abrir fuego en el estreno de medianoche de “El Caballero de la Noche Asciende”.
El oficial Justin Grizzle, un ex paramédico, dijo que se resbaló y casi cayó en un “enorme charco de sangre” cuando entró por la puerta trasera del cine Century 16. Mientras las ambulancias y los socorristas lidiaban con la magnitud de la carnicería —casi todos los 58 heridos tenían heridas de bala—, Grizzle transportó a seis personas críticamente heridas en cuatro viajes a hospitales de la zona.
“Luego me di cuenta de que estaba reduciendo la velocidad cuando giraba el volante, porque, si no, escuchaba la sangre chapotear en el piso de la parte de atrás del automóvil”, testificó Grizzle, conteniendo el llanto.
El sargento Gerald Jonssgard, uno de los primeros uniformados que se presentó en el lugar, dijo que vio a Veronica Moser Sullivan, la niña de seis años fallecida, al apenas entrar en el cine. “Controlé su pulso, estaba muerta”, narró, con la voz quebrada.
Holmes compareció en el tribunal con barba y pelo castaño oscuro (el público lo recuerda con el cabello rojo, como lo tenía cuando fue arrestado, al parecer para emular al Guasón). Iba esposado y vestido con un mameluco rojo. Tenía la mirada fija en un punto indeterminado delante de sí y no habló con nadie en la sala.
Jason Oviatt, policía de Aurora, relató el momento en que arrestó a Holmes, quien tenía sus manos sobre el techo de un vehículo blanco en la parte posterior del edificio y no opuso resistencia. “Era completamente sumiso (...) Estaba muy relajado, no reaccionaba con normalidad ante nada. Estaba muy distante”, dijo Oviatt. “Parecía estar en otro lugar; desorientado”.
Oviatt también detalló que, en un principio, había creído que Holmes era otro policía, porque llevaba un chaleco antibalas y una máscara antigás. El también policía Aaron Blue agregó que el joven indicó a los oficiales su nombre, su dirección y dio información sobre sus armas: “Dijo voluntariamente que no había más bombas aquí (en el cine), pero que había improvisado artefactos explosivos en su casa”.
Los testigos dijeron que el atacante, armado con un rifle AR-15, una escopeta de calibre 12 y una pistola .40, activó un gas antes de abrir fuego al azar contra el público. Doce personas murieron, entre ellas una niña de seis años, y 58 resultaron heridas.
Luego, la policía encontró que su apartamento era una bomba de tiempo llena de explosivos artesanales, que los oficiales demoraron más de un día en desactivar.