El domingo de madrugada en la ciudad de Alicante, en el este del país, “un vecino alertó a los bomberos de que se oían maullidos que procedían de las bajantes de aguas comunitarias, pensando en un principio que podría tratarse de un gato atrapado”, explicó la policía.
Pero al llegar al lugar, los agentes y los socorristas descubrieron que se trataba de “los llantos de un recién nacido, procediendo acto seguido a la rápida excarcelación y salvamento del niño (...) que incluso tenía aún el cordón umbilical”, precisó. “Los bomberos salvaron la vida del recién nacido que se hallaba envuelto entre bolsas de plástico”, aseguró el comunicado.
El bebé, un varón de 2,100 kg de peso nacido el viernes, fue trasladado a un hospital local “en estado grave con fractura en el radio y otras lesiones, aunque su vida no corre peligro”, afirmó.
“El niño pudo estar atrapado en el patio en el confluyen las bajantes comunitarias de los desagües alrededor de cuarenta horas”, según la policía.
Tras el rescate, la policía procedió a la detención “por tentativa de asesinato” de una mujer de 26 años, vecina del edificio, que “se hallaba ingresada desde el día 21 de junio en el Hospital General de Alicante, tras manifestar haber sufrido un aborto en su domicilio”.
La joven, que “al parecer intentó deshacerse (del bebé) arrojándolo” por el hueco del desagüe, “reconoció los hechos, además de que no deseaba tenerlo y de que no disponía de dinero para abortar”, informó la policía.