Los manifestantes bloquearon una calle y lanzaron piedras contra un autobús de apoyo de la FIFA, por lo que las autoridades reaccionaron con gases lacrimógenos.
Según la Policía Civil, al menos 9 personas fueron detenidas en la protesta.
En la sede mundialista de Belo Horizonte, donde fue disputado el encuentro entre Bélgica y Argelia, también fue organizada una protesta en la que los manifestantes expusieron diversas demandas, entre ellas la desmilitarización de la Policía Militar (PM), y su rechazo al evento de la FIFA.
Portando una pancarta amarilla en la que se podía leer “Unfair Players. Fifa. Policía” y “Tarifa (de autobuses) cero”, unos 200 manifestantes se concentraron de forma pacífica en una de las principales plazas de la capital del estado de Minas Gerais.
Con motivo de la protesta, algunas mujeres y hombres se quitaron sus camisetas y escribieron en sus cuerpos, simulando sangre, frases contra la represión policial y en recuerdo de Amarildo de Souza, un albañil al parecer torturado y asesinado por la Policía en Río de Janeiro.
Tras las protestas del jueves pasado en al menos seis ciudades, que movilizaron a unas 4.000 personas y coincidieron con el partido inaugural del Mundial, los manifestaciones se han reducido significativamente.
El Gobierno considera que las protestas contra el Mundial serán menores a las multitudinarias marchas que sacudieron el año pasado a Brasil, cuando cientos de miles de personas salieron a las calles para exigir mejores servicios públicos, mientras en el país se jugaba la Copa Confederaciones de la FIFA.