El tribunal le considera culpable de haber prendido fuego a un total de 102 coches y causado daños millonarios.
El hombre, de 28 años, para el que la Fiscalía había exigido una pena de ocho años de cárcel, tenía atemorizada a toda la ciudad con su desmesurado “afán de protagonismo”, subrayó la acusación en su intervención final.
“Quería que los ricos, que tienen más dinero, también tuvieran que fastidiarse alguna vez”, declaró el acusado durante el juicio para argumentar los motivos que le llevaron a prender fuego a automóviles.
La defensa únicamente pidió para su cliente “una pena justa”.
El año pasado ardieron en la capital alemana más de 700 vehículos en una oleada de incendios premeditados que se intensificaron sobre todo en agosto, y que trató de detener un operativo policial en el que de noche trabajaban hasta 500 agentes.
La policía descubrió la pista del pirómano al visionar vídeos de seguridad de los transportes públicos de Berlín, en los que se le reconoce en varias ocasiones por mostrar un comportamiento sospechoso antes y después de incendiar un vehículo.
Tras su detención en octubre del año pasado, el joven reconoció el incendio directo de 67 vehículos, que al arder causaron también daños de consideración a otros 35 que se encontraban aparcados en las inmediaciones.
En contra de lo que se pensaba inicialmente, el pirómano confesó que no actuó por motivaciones políticas, sino por frustración al encontrarse desempleado.
El hombre, de 28 años, para el que la Fiscalía había exigido una pena de ocho años de cárcel, tenía atemorizada a toda la ciudad con su desmesurado “afán de protagonismo”, subrayó la acusación en su intervención final.
“Quería que los ricos, que tienen más dinero, también tuvieran que fastidiarse alguna vez”, declaró el acusado durante el juicio para argumentar los motivos que le llevaron a prender fuego a automóviles.
La defensa únicamente pidió para su cliente “una pena justa”.
El año pasado ardieron en la capital alemana más de 700 vehículos en una oleada de incendios premeditados que se intensificaron sobre todo en agosto, y que trató de detener un operativo policial en el que de noche trabajaban hasta 500 agentes.
La policía descubrió la pista del pirómano al visionar vídeos de seguridad de los transportes públicos de Berlín, en los que se le reconoce en varias ocasiones por mostrar un comportamiento sospechoso antes y después de incendiar un vehículo.
Tras su detención en octubre del año pasado, el joven reconoció el incendio directo de 67 vehículos, que al arder causaron también daños de consideración a otros 35 que se encontraban aparcados en las inmediaciones.
En contra de lo que se pensaba inicialmente, el pirómano confesó que no actuó por motivaciones políticas, sino por frustración al encontrarse desempleado.