El condenado, un hombre de 35 años de nacionalidades húngara y estadounidense, fue encontrado culpable del asesinato de un guardia que trabajaba en un hospital y del adjunto del jefe de la policía local.
Los relatores de la ONU sobre ejecuciones sumarias, Agnes Callamard, y sobre el derecho a la salud, Dainius Puras, afirmaron en un comunicado que el jurado que emitió la sentencia no fue informado durante el juicio del estado psicosocial de William Morva.
El breve examen que hizo un psiquiatra del condenado, en 2014, concluyó que éste sufría de delirios y que probablemente cometió su crimen cuando estaba experimentando tal estado.
Los relatores indicaron que el estado de Morva es tan malo que interrumpió toda comunicación con su defensa legal, lo que ha afectado su capacidad para defenderse en momentos en que la ejecución se aproxima.
“Pedimos a las autoridades que anulen la sentencia y que se le vuelva a juzgar de acuerdo con los estándares internacionales del debido proceso”, dijeron los expertos de la ONU.