Persiste discriminación laboral contra mujeres, según ONU

SANTIAGO DE CHILE. La mayor incorporación de la mujer al mundo del trabajo en las últimas décadas no ha ido de la mano de una disminución de las brechas salariales y de calidad de los empleos con relación a los hombres en América Latina.

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Estos hallazgos están contenidos en un estudio realizado por cinco agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y revelado hoy.

“A pesar de la masiva incorporación femenina a la fuerza de trabajo en las últimas décadas en el continente, persisten las brechas de género y el trabajo precario sigue siendo principalmente femenino”, indicó el informe.

A modo de ejemplo, el estudio indicó que las mujeres están sobre-representadas en ocupaciones de menor calidad y mayor informalidad, como lo demuestra el hecho de que el 54% de ellas esté en ocupaciones informales, frente a un 48 % de los hombres, según el documento.

“Las desigualdades son consecuencia directa de las perspectivas tradicionales sobre el lugar y el papel que deben ocupar las mujeres en la sociedad, basadas en prejuicios y discriminaciones”, agregó.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) , la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal) , la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y ONU Mujeres fueron las encargadas de realizar el estudio sobre la calidad del trabajo femenino en la región.

Al margen del diagnóstico, el informe efectuó una serie de recomendaciones para disminuir las desigualdades de género presentes en, prácticamente, todos los países latinoamericanos.

Entre otras medidas, manifestó que si se quiere abordar eficazmente la desigualdad se deben concentrar esfuerzos y recursos en políticas públicas orientadas hacia las mujeres, “pues son ellas las más vulnerables a la pobreza, quienes reciben los salarios más bajos y que, a la vez, los destinan en mayor medida al bienestar familiar”.

También expresó la necesidad de crear “un entorno social en el trabajo que contribuya a prevenir la discriminación contra las mujeres, proteger los derechos de las mujeres migrantes y mejorar las condiciones laborales de las trabajadoras del hogar”.

Entre las indicaciones de políticas específicas, el informe planteó la necesidad de ampliar la gama de ocupaciones para las mujeres y promover disposiciones especiales para las trabajadoras agrícolas, jóvenes, indígenas y afrodescendientes.

Asimismo, recomendó crear servicios públicos de empleo en aquellos países donde no existan y fortalecerlos en los que ya están presentes, según el convenio número 88 de la OIT.

De acuerdo con el estudio, actualmente las políticas laborales dirigidas al trabajo de la mujer se caracterizan por operar en pequeña escala, de forma poco coordinada con otras medidas y muchas veces en paralelo con otras iniciativas, lo que provoca una pérdida de impacto.

El informe recalcó además que todavía existen ocupaciones como el trabajo doméstico, que en la mayoría de los países está regido por una legislación especial que otorga menos protección y derechos laborales.

Por estas razones, las cinco agencias de la ONU insistieron en que “solo la acción decidida de los gobiernos y de las sociedades puede revertir la desigualdad regional y la desigualdad de género, fenómenos estructurales y persistentes en la región”.

“Dejadas a su libre albedrío, tales inequidades tienden más a perpetuarse en el tiempo que a disolverse, tanto en escenarios adversos como favorables de crecimiento económico”, aseveró el informe.

En este sentido, agregó que el desarrollo económico de los países constituye una condición fundamental, pero insuficiente para la promoción de la igualdad.

“Los países necesitan avanzar hacia un desarrollo incluyente y sostenible, donde la dimensión de género esté manifiesta desde el comienzo”, sostuvo el informe.

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