Los padres, detenidos en mayo de 2016, habían golpeado y torturado a su hija hasta matarla y después había guardado su cadáver en un congelador durante una semana. La policía además había encontrando en el cadáver quemaduras en varias partes del cuerpo.
Según los medios locales, a la pareja le irritaba que la niña llorase continuamente. Tanto el padre, Salem Buham, de 26 años, como la madre, Amira Husein, de 23, eran toxicómanos, según el ministerio de Interior.
La sentencia no es definitiva: los acusados pueden hacer un recurso de apelación y después, de casación. Si los tribunales no cambian de parecer, morirán en la horca.
Salvo por la ejecución de cinco hombres a mediados de 2013, Kuwait no ha recurrido efectivamente a la pena capital desde 2007, si bien decenas de hombres y mujeres han sido condenados a muerte.