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El 29 de junio, Francisco presidirá el quinto consistorio de su pontificado, uno por año desde 2014, con los que ya ha nombrado a 61 prelados -doce no electores- provenientes de los cinco continentes.
El Papa anunció los nuevos purpurados por sorpresa tras el rezo del “Regina Coeli” y destacó ante los fieles que su procedencia “expresa la universalidad de la Iglesia, que sigue anunciando el amor misericordioso de Dios a todos los hombres de la Tierra”.
Bergoglio, fiel a su idea de una Iglesia que se dirige a las periferias del mundo, vuelve así a situar un cardenal en urbes poco centrales o, al menos, alejadas del primer plano geopolítico.
Es el caso de los tres que no podrán votar en un nuevo cónclave por haber superado los 80 años de edad: el arzobispo de la mexicana Xalapa, Sergio Obeso; el obispo emérito de la boliviana Corocoro, Toribio Ticona, o el misionero claretiano español Aquilino Bocos.
Se trata, dijo Bergoglio, de un arzobispo, un obispo y un religioso que serán así “distinguidos por su servicio a la Iglesia”. Por otro lado, entre los electores, Francisco hará cardenal al arzobispo de la peruana Huancayo, Pedro Barreto, vicepresidente de la Red Eclesial Panamazónica, comprometido con la preservación de la selva y de los indígenas que la habitan.
Barreto será así el quinto peruano que entra en el Colegio Cardenalicio y el único que no llega desde Lima. También habrá un purpurado en Madagascar, el arzobispo de Toamasina, Desiré Tsarahazana, y en la portuguesa Leiria-Fátima, el obispo António dos Santos Marto.
Pero el Papa mira de forma especial a Asia y hará cardenal al patriarca de Babilonia, el iraquí Louis Raphaël I Sako, una señal de la atención de Francisco por los cristianos perseguidos en Oriente Medio, de lo que el patriarca de Bagdad se ocupa en su último libro.
Y también recibirán la dignidad cardenalicia el arzobispo de la urbe más poblada de Pakistán, Karachi, monseñor Joseph Coutts, y el titular de la diócesis japonesa de Osaka, Thomas Aquinas Manyol.
Por otro lado, el Papa dará el birrete cardenalicio al vicario general de Roma, Angelo De Donastis, y al arzobispo de la ciudad italiana de L'Aquila, monseñor Giuseppe Petrocchi. Pero mientras Francisco descentraliza la Iglesia y sitúa a sus cardenales en ciudades periféricas, en el consistorio del próximo 29 de junio también nombrará cardenal a tres importantes miembros de la Curia Romana, el Gobierno de la Iglesia católica.
Se trata de su limosnero pontificio, el monseñor polaco Konrad Krajewski, comprometido en las obras de caridad con los más pobres, y el actual prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el antiguo Santo Oficio, el español Luis Ladaria Ferrer.
Igualmente, se ha otorgado el capelo de cardenal a monseñor Giovanni Angelo Becciu, número dos de la poderosa Secretaría de Estado vaticana, sustituto para los Asuntos Generales y delegado especial ante la Soberana Orden de Malta.
Con estos nombramientos, la composición del Colegio Cardenalicio pasará de los 115 cardenales actuales, de acuerdo con las cifras oficiales actualizadas el 18 de mayo, a 126 miembros que podrán ser electores y elegibles en un cónclave, mientras que los no electores, cargos simbólicos, pasarán de los 98 a los 101.
En cuanto a la composición geográfica, Europa sigue siendo el continente más representado y pasará de los 48 electores actuales a los 54 desde el 29 de junio.
Le sigue América del Norte, que permanece con 17 cardenales electores, mientras que América Central se queda con 5 y América del Sur pasa de 12 a 13 con la incorporación de monseñor Barreto.
África tendrá 16 cardenales electores y Ásia pasa de los 14 a los 17, igualando a Norteamérica, hasta ahora la segunda región en importancia tras el Viejo Continente. Entre electores y no electores, los equilibrios muestran la misma tónica: tras el próximo consistorio, Europa tendrá 107 cardenales, América del Norte 25, Centroamérica asciende a 10, Sudamérica pasa a 27, África sube a 26, los mismos que Asia, y Oceanía tendrá 6.