Loizaga comunicó a la prensa que Paraguay entregó hoy a las autoridades italianas su posicionamiento sobre la demanda por el caso conocido como “Gramont Berres”, una estafa internacional perpetrada en contra del Estado paraguayo por un sobrino político del dictador Alfredo Stroessner, que gobernó entre 1954 y 1989.
Nombrado embajador “itinerante” en Ginebra por Stroessner, el uruguayo Gustavo Gramont Berres, con una garantía falsificada realizada por él mismo supuestamente en nombre del Estado y un reaseguro otorgado por la italiana SACE (Sezione Especiale per l'Assicurazione del Crédito all'Esportazione) recibió préstamos por valor de unos 80 millones de dólares.
El Estado paraguayo y la empresa italiana SACE fueron demandados ante los tribunales suizos por un sindicato de 10 bancos que habían otorgado préstamos a las empresas “Lapachos” y “Rosi”, de Gramont Berres.
“Para el Gobierno paraguayo esto sigue siendo una estafa, que se realizó en connivencia directa con directivos de la SACE en su oportunidad. Esto está probado judicialmente en los Tribunales de Suiza y también en los Tribunales italianos”, dijo Loizaga.
La acción judicial de los bancos contra Paraguay se lleva a cabo en Washington, Estados Unidos.
“Si bien se señala que la SACE no tiene más relación con el Gobierno italiano, sí tiene todavía relación, porque el Gobierno tiene una parte accionaria en la SACE”, expresó este miércoles el canciller paraguayo tras su reunión con la embajadora italiana en Asunción, Antonella Cavallari.
“Porque la SACE cuando estaba en poder del Gobierno italiano inició una demanda criminal contra sus directivos por esta estafa que se hizo entre el Señor Gramont Berres y directivos de la SACE en aquel entonces”, agregó Loizaga.
El uruguayo Gustavo Gramont Berres, quien ya fue encarcelado por intento de estafa contra el Estado y alteración de documento público, recibió entre 1986 y 1987 del banco europeo Overlang Trust dos créditos, con la aparente garantía del Estado paraguayo y pese a que el contrato respectivo nunca fue aprobado por el Parlamento de Asunción, como establecen las leyes locales.
Los proyectos de inversión ideados por Gramont quedaron en la nada y la amortización de los préstamos también, lo que ya ha dado lugar a varias reclamaciones internacionales a Paraguay, cuyas autoridades han rechazado cualquier responsabilidad oficial en las deudas asumidas por aquel.
Loizaga reiteró que Paraguay “en ningún momento ha reconocido ese crédito, porque es grosera la supuesta garantía que se incluyó”.
Además destacó que este episodio “de ninguna manera va alterar las excelentes relaciones que el Paraguay mantiene con Italia, y que personalmente procurará reunirse próximamente con su colega italiano, Paolo Gentiloni, en Nueva York”.