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La imagen en agosto de la policía con ropa de camuflaje, apoyada por vehículos blindados y rifles de asalto, fue un recordatorio de que algunos departamentos policiales estadounidenses han adquirido recientemente poderosos excedentes militares de las guerras en el extranjero.
Lo cierto es que son muchas las legislaciones en todo el mundo con reglas de enfrentamiento que permiten el uso de la fuerza letal de forma relativamente libre.
Por ejemplo, el Ministerio del Interior de Venezuela indica que, si han fallado los métodos pacíficos de resolución, la policía debe advertir a los manifestantes violentos que habrá un uso "progresivo y diferenciado de la fuerza".
Aunque no deben llevarse armas de fuego a protestas pacíficas, cuando explota la violencia el énfasis debe ser evitar daños a niños, embarazadas y ancianos. La policía de Afganistán, objetivo en muchas ocasiones de ataques armados, está autorizada oficialmente a responder con armas "y explosivos", si bien solo cuando otros métodos hayan fallado y se hayan hecho al menos seis advertencias.
Pero por cada regulación que da a los agentes una amplia discreción en el uso de armas de fuego, hay otro código que limita tajantemente su uso. Las fuerzas antidisturbios de México e India siguen protocolos definidos de escalada de los conflictos, que van desde las advertencias verbales a la contención física, gases lacrimógenos, cañones de agua o espray de pimienta, balas de goma y bastones, hasta el uso de armas de fuego.
No obstante, si los oficiales policiales mexicanos pueden decidir cuándo incrementar la dureza de la respuesta, la Fuerza de Acción Rápida de India requiere la aprobación de un magistrado sobre el terreno para cada nuevo paso.
Muchos países dejan claro que recurrir a cualquier arma de fuego es el último recurso, aunque esto puede ser definido de muchas formas. Gran Bretaña, Serbia, Bosnia y Filipinas solo permiten disparar un arma si la vida está en riesgo.
Gran Bretaña insiste en que "los oficiales son responsables de forma individual de cualquier uso de la fuerza y deben ser capaces de justificar sus acciones ante la ley". Por otra parte, muchos países de Europa Occidental permiten recurrir a las armas de fuego "cuando sea necesario" para detener a sospechosos o evitar un delito grave. Las reglas vigentes en Italia, Austria, Bélgica y Bosnia especifican que el uso de la fuerza debe ser "proporcionado".
En Bélgica, los observadores de derechos humanos aseguran que esto significa que las armas de fuego no pueden ser usadas nunca para controlar a las multitudes.