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La reunión está pactada para el próximo 27 de marzo y dichos temas serán debatidos con posibilidad de convergencia.
Este encuentro, en Ciudad del Vaticano, el primero del inquilino de la Casa Blanca con el actual pontífice, será también un momento de acercamiento tras la “fricción” entre la Santa Sede y Estados Unidos sobre Siria, al haber sido el Papa argentino una de las voces que más alto se pronunció a nivel mundial contra la intervención armada amenazada por Obama.
Como telón de fondo de la visita, pese a ser Mario Jorge Bergoglio una especie de “superstar” en Estados Unidos, hombre del año en Time, estarán también los malhumores de las élites católico-conservadoras norteamericanas, ahora más reacias a hacer donaciones a la Iglesia al estar alarmadas por un Papa anti-capitalista a quien tachan incluso de “marxista”.
Con Obama, naturalmente, el diálogo será de otro tono, de amplia sintonía, como ya dio a entender la semana pasada el encuentro de una hora y 40 minutos mantenido en el Vaticanoentre el secretario de Estado, monseñor Pietro Parolin, y el estadounidense John Kerry.
Los temas principales serán la cuestión del Medio Oriente yen particular la situación siria, en vista de la conferencia “Ginebra 2”, con la Santa Sede que ha reiterado sus auspicios en favor de un cese del fuego y del envío de ayudas humanitarias. Además, las negociaciones entre israelíes y palestinos, la situación dramática en Africa, así como las preocupaciones delVaticano y las críticas del episcopado estadounidense por la reforma sanitaria de Obama en relación a las garantías de libertad religiosa y objeción de conciencia.
Un sector, en cambio, en el que el Papa puede ver a Obama como una punta avanzada de un nuevo compromiso internacional es, sin duda, el de la lucha a la pobreza y la marginación. Justamente hoy Francisco, en su mensaje al World Economic Forun que se abre en Davos, exhortó a los responsables de la economía y de la política a un mayor compromiso “contra la difusa exclusión social”, contra la “cotidiana precariedad en laque viven tantas personas” , con “consecuencias a menudodramáticas” .
El Papa les llamó también a una precisa responsabilidad hacia aquellos que “son más frágiles, débiles e indefensos”.
“No se puede tolerar que miles de personas mueran cada día de hambre, pese a haber disponibles ingentes cantidades de comida, que a menudo son simplemente derrochadas”, dijo.
Bergoglio auspició por ello decisiones, mecanismos y procesos dirigidos a una distribución de la riqueza más equitativa, a la creación de oportunidades de trabajo y a una promoción integral de los pobres que supere el mero asistencialismo.
“Es una ética verdaderamente humana la que debe guiar todas las acciones económicas y financieras”, dijo. “Les pido que actúen para que la riqueza esté al servicio de la humanidad y no la gobierne”, dijo Francisco al “gotha” económico y financiero mundial reunido en Davos.