En una conmovedora homilía pronunciada durante la misa celebrada en la capilla de la casa Santa Marta, donde reside desde que fue elegido en marzo de 2013, el pontífice argentino denunció la “complicidad” inexplicable de la iglesia con esos crímenes.
“Desde hace tiempo siento en el corazón el profundo dolor, sufrimiento, tanto tiempo oculto, tanto tiempo disimulado con una complicidad que no, no tiene explicación”, dijo.
“Ante Dios expreso mi dolor por los pecados y crímenes graves de abusos sexuales cometidos por el clero contra ustedes y humildemente pido perdón”, afirmó el Papa, quien reconoció que los líderes de la Iglesia “no han respondido adecuadamente a las denuncias de abuso presentadas por familiares y por aquellos que fueron víctimas del abuso”, dijo.
“Los pecados de abuso sexual contra menores por parte del clero tienen un efecto virulento en la fe y en la esperanza en Dios”, agregó.
“No hay lugar en la Iglesia para los que cometen estos abusos, y me comprometo a no tolerar el daño infligido a un menor por parte de nadie”, subrayó el jefe de la Iglesia católica.
Para el Papa, los autores de esos crímenes no solo han cometido “actos reprobables” sino que “han profanado la imagen misma de Dios”.
Francisco pronunció su homilía en español, señal de que el papa argentino la escribió de su puño y letra, lo que ocurre en momentos especiales, en los que prefiere emplear su propio idioma. Un traductor acompañó al Papa.
Las víctimas y familiares asistieron primero a la misa matutina que el obispo de Roma suele oficiar en la capilla de su residencia, tras lo cual se reunieron en privado.
Los nombres de las personas no van a ser divulgados a la prensa, precisaron fuentes del Vaticano.
Francisco se comprometió desde su llegada al trono de Pedro a luchar contra la pederastia y puso en marcha una comisión para la protección de la infancia de la que forma parte una víctima, la irlandesa Mary Collins.
Pese a esos gestos, las asociaciones de víctimas consideran que la jerarquía de la Iglesia no está haciendo todo lo posible para impedir que sacerdotes abusen sexualmente de menores de edad en todo el mundo.
Un grupo de activistas mexicanos envió el jueves una carta al papa Francisco en la que pide “decisiones estructurales” para acabar con los curas “abusadores”.
Las víctimas piden que las buenas intenciones que ha expresado el papa se “coagulen” en normas específicas, explicó en México José Barba, un ex miembro de los Legionarios de Cristo, de 75 años.
Barba fue víctima del abusador Marcial Maciel, el fallecido fundador de la poderosa congregación, protagonista del mayor escándalo de pedofilia de la institución, quien gozó durante décadas de la protección de Juan Pablo II.