El encuentro se celebró en la imponente sala Clementina del palacio apostólico y participaron representantes de otras religiones, entre ellos el patriarca ortodoxo greco Bartolomeo I, quien asistió la víspera en la plaza de San Pedro a la misa de inauguración del pontificado.
Se trataba de la primera vez desde el año 1054, cuando el cisma entre Oriente y Occidente, que el patriarca de Constantinopla asiste a la llamada entronización de un Papa.
Durante su primer día como pontífice, el Papa latinoamericano cumplió una agenda apretada, que sufrió varios minutos de retraso, algo inusual para el puntual protocolo del Vaticano.
“La Iglesia católica es consciente de la importancia de la amistad y del respeto entre hombres y mujeres de diferentes tradiciones religiosas”, declaró el Papa ante los líderes cristianos así como ortodoxos, protestantes y judíos presentes.
En su discurso, el Papa latinoamericano pidió a los líderes religiosos “que no prevalga una visión humana que reduce al hombre a lo que produce y a lo que consume”, dijo.
“Es uno de los peligros de nuestro tiempo” , reconoció el Papa argentino, que cuando ejercía como arzobispo de Buenos Aires criticó en varias ocasiones las consecuencias de la globalización.
“Tenemos que estar cerca a los hombres y a las mujeres que si bien no se reconocen en las tradiciones religiosas buscan la verdad, la bondad y la belleza, que a su vez son la verdad, la bondad y la belleza de Dios”, agregó.
A la delegación judía, compuesta por 16 personas, el Papa subrayó el “lazo particular” que une a cristianos y judíos.
“Aprecio vuestra presencia y la voluntad que muestran de cooperar por el bien de la humanidad”, aseguró tras recalcar la importancia de “la convivencia pacífica entre las religiones”.
Más de 130 delegaciones de países, entre ellos varios jefes de Estado y líderes religiosos asistieron el martes a la misa de inauguración en San Pedro del pontificado del primer papa jesuita y latinoamericano de la Historia.
Francisco recibirá sucesivamente este miércoles al líder del Congreso Judío de América Latina, Claudio Epelman.
La elección del argentino Jorge Bergoglio como nuevo papa ha generado satisfacción en la comunidad judía de Argentina, la mayor de América Latina, que destacó el lunes pasado las buenas relaciones y el diálogo abierto que el nuevo líder de la Iglesia católica mantuvo como cardenal con miembros de esa y otras religiones.
Entre los primeros gestos realizados por el papa Francisco figura la decisión de enviar una carta al rabino jefe de Roma en la que desea “poder contribuir al progreso de las relaciones entre judíos y católicos conocidas a partir del Concilio Vaticano II, en un espíritu de colaboración renovada”.
La relación de Francisco con los judíos es conocida y en particular con el rabino argentino Abraham Skorka, autor junto al entonces cardenal Jorge Bergoglio, del libro “Sobre el cielo y la tierra” (2010) en el que ambos conversaron sobre lo divino y lo humano.