“En Oriente Medio estamos viendo que mucha gente no es respetada: las minorías religiosas, los cristianos. No solo no son respetados, sino que muchas veces son asesinados, perseguidos. ¿Por qué? Porque no se respeta su identidad”, afirmó el pontífice.
En un encuentro con miembros del Movimiento Eucarístico Juvenil de la Compañía de Jesús en el Vaticano, el papa se refirió también al problema de la inmigración y a la situación de los que denominó “nuestros hermanos rohinyá”.
A los rohinyá, minoría musulmana birmana, las autoridades de Birmania (Myanmar) no les reconocen la ciudadanía y padecen limitaciones de movimiento y otros derechos. “Los han echado de un país y de otro y de otro, y van por mar. Cuando llegan a un puerto o a una playa, les dan un poco de agua y un poco de comida y los vuelven a echar al mar”, señaló. “Este es un conflicto no resuelto y es guerra, esto se llama violencia, se llama matar”, sentenció el pontífice.
Jorge Bergoglio opinó que el conflicto entre diferentes identidades dentro de un país se puede resolver si se emplea el diálogo y se respeta la identidad de los demás. “Los verdaderos conflictos sociales, también culturales, se resuelven con el diálogo, pero antes aún con el respeto por la identidad de la otra persona”, afirmó el pontífice.
Además, consideró que los conflictos también pueden ser positivos para ayudar a comprender a los demás y entender que “si no se resuelven, habrá una vida de guerra”.
El papa, que durante su intervención se refirió a todos los conflictos que a lo largo de la historia ha habido por motivos religiosos, pidió respeto por quien no sea católico o no siga la misma religión. “Respétalo. Busca qué cosas buenas tiene. Busca en su religión, en su cultura y en los valores que tiene. Respeta”, dijo el pontífice.