En su tradicional mensaje Urbi et Orbi desde el balcón de la basílica de San Pedro, Francisco también se refirió a Venezuela, para quien deseó una salida “justa, pacífica y humana” a la crisis política y humanitaria.
"Suplicamos frutos de consolación para el pueblo venezolano, el cual -como han escrito sus pastores- vive en una especie de ’tierra extranjera’ en su propio país”, afirmó el pontífice argentino. Y deseó que “por la fuerza de la resurrección del Señor Jesús, encuentre la vía justa, pacífica y humana para salir cuanto antes de la crisis política y humanitaria que lo oprime, y no falten la acogida y asistencia a cuantos entre sus hijos están obligados a abandonar su patria”.
Francisco pidió asimismo que se ponga fin “inmediatamente al exterminio” en Siria y “se respete el derecho humanitario” para permitir el acceso a la ayuda. “Invocamos frutos de reconciliación para Tierra Santa, que en estos días también está siendo golpeada por conflictos abiertos que no respetan a los indefensos”, agregó.
El mensaje también incluyó una referencia a la península de Corea, que vive un proceso de distensión tras dos años de escalada a raíz de los ensayos nucleares y balísticos realizados por Corea del Norte. “Que los que tienen responsabilidades directas actúen con sabiduría y discernimiento para promover el bien del pueblo coreano y para generar confianza en la comunidad internacional”, llamó el papa. En cuanto a Yemen, un país devastado por tres años de guerra, también pidió “diálogo y respeto mutuo”.