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Al afrontar durante la audiencia general de hoy en la Plaza de San Pedro uno de los temas más delicados para mucha parejas separadas, Jorge Mario Bergoglio precisó que los hijos deben ser educados sin provocar “exasperaciones” y pidió “sabiduría y equilibrio” a los padres.
Los padres no deberían pedir a los hijos “las cosas que ellos no logran hacer”, admitiendo que a veces ésto es algo “difícil” de alcanzar cuando por ejemplo los padres regresan a su casa cansados por un día de trabajo.
“A menudo el hijo es tomado como rehén. El padre le habla mal de la madre, la madre le habla mal del padre” y de esta manera, añadió el Pontífice, es inevitable provocar daños.
Los padres se separan “por dificultades y razones diferentes, la vida -dijo refiriéndose precisamente a los padres separados- los ha puesto” en esa situación, pero “los hijos no deben ser quienes soportan el peso de las separaciones”.
En una parte improvisada de su discurso, el Papa pidió que “los hijos no sean usados como rehenes” y que crezcan “sintiendo que la madre habla bien del padre” y viceversa aunque “no esténmás juntos”.
Las palabras del Papa representan un enfoque muy pragmáticoante los problemas de las familias separadas, tema que en el próximo sínodo será examinado desde diferentes puntos de vista, entre los cuales el de la teología, en el marco por otra parte de las discusiones sobre la delicada cuestión de la comunión para los divorciados vueltos a casar. A todos los padres, separados a no, Francisco recordó además una “regla sabia” en la relación entre padres e hijos, y dio un ejemplo concreto: “Si ustedes padres dicen a los hijos ’subamos esas escalares’ y los toman por la mano y los hacen subir peldaño por peldaño, entonces las cosas marcharán bien. Si encambio lo que dicen es ’sube la escalera’, esto significa exasperar” a los pequeños.
El Papa se planteó por otra parte el tema de la educación.
“¿Cómo educar?”, dijo tras criticar a aquellos “intelectuales” que han “defendido una generación de daños, auténticos o presuntos, vinculados a la educación familiar, acusada de autoritarismo, conformismo, represión afectiva, hechos que-precisó- generan conflictos”. El Papa criticó por otra parte también a “los llamados expertos” que por ejemplo “ocupan el rol de padres incluso en los aspectos más íntimos de la educación”, expertos que-precisó- “saben todo, o sea los objetivos, las motivaciones, las técnicas, mientras que los padres lo único que hacen es escuchar, aprender, adecuarse”.
Existe en otras palabras un “riesgo de autoexclusión de la vida de los hijos, hecho que es gravísimo”, añadió por otra parte Bergoglio, quien contó un episodio de su infancia, cuando en el colegio primario se dirigió con una mala palabra a sumaestra.
Frente a esa ’palabrota’, la maestra llamó a la madre de Jorge, quien le pidió a su vez al hijo que pidiera perdón a la maestra: “yo lo hice y me quedé contento, pero ese fue el primer capítulo. Luego, en casa, comenzó el segundo capítulo... imagínenlo ustedes cual fue”, concluyó bromeando el Papa.
“La vida no se hace en un laboratorio e incluso en las mejores familias hay que soportarse”, dijo el Pontífice,recordando que el hecho de educar tiene “un alcance” positivo muy amplio en la sociedad.
“Llegó la hora, concluyó Bergoglio, que los padres y las madres regresen de su ’exilio’ y asuman plenamente su roleducativo”.