Más veloz que los F-15 de la Fuerza Área estadounidense, el trineo impulsado por renos se dirigía, poco antes de las 11H00 GMT del martes, de regreso a su casa en el Polo Norte, después de haber entregado más de 7.200 millones de regalos.
La distribución de presentes había comenzado en la región Asia-Pacífico, sobre Nueva Zelanda, Japón o China, según la página web del Comando militar encargado de la seguridad aérea de Estados Unidos y de Canadá (Norad). El Norad había detectado en sus pantallas radar el lunes a las 11H01 GMT señales de “actividad en el polo Norte”.
Desde ahí, el seguimiento se hizo en tiempo real en la web y la cuenta de Twitter (@NoradSanta) de Norad. Esta búsqueda -posible según el Norad por “captores infrarrojos en la nariz de Rudolf”, uno de los nueve renos que tiran del trineo- es una institución en Estados Unidos.
Todo comenzó por una errata, en 1955, en una publicidad de la cadena de grandes almacenes Sears que pedía en un diario local de Colorado llamar por teléfono a Papá Noel. El número indicado, supuestamente la línea directa con el famoso barbudo, era en realidad -en plena Guerra Fría- el del teléfono rojo del Norad.
Primero, desconcertado cuando se encuentra al otro lado del teléfono con un joven que le pregunta si era “Santa Claus”, el oficial de servicio ese día, el coronel Harry Shoup, siguió el juego para no decepcionar al muchacho. Dio instrucciones a sus hombres de dar informaciones sobre la localización de Papá Noel y llamó incluso a una radio local para anunciar que había visto un objeto extraño en el cielo.
Unos 1.500 voluntarios, a los que se sumaron de nuevo este año el presidente Donald Trump y la primera dama Melania, prestan actualmente ayuda a los militares para responder a las llamadas telefónicas y correos de los niños. La pareja presidencial contestó varias llamadas, cada uno por su parte, e hicieron algunas preguntas a cada niño. El presidente Trump hizo varias preguntas al joven Coleman sobre su edad y su progreso escolar. “Hola... ¿Cuántos años tienes?” , dijo Trump al tomar la llamada. Y al final acabó preguntado: “¿Todavía crees en Papá Noel? Porque a los siete es algo poco habitual, ¿verdad?”.
Ni el “cierre” (parcial del gobierno), que paraliza actualmente las administraciones federales estadounidenses, pudo con la fuerza de esta tradición.