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CIUDAD DEL VATICANO. Durante el Angelus dominical en plaza San Pedro, Jorge Bergoglio sostuvo que “se trata de operar un neto rechazo de la mentalidad mundana que pone el propio yo y los propios intereses al centro de la existencia: no, eso no es lo que Jesús quiere de nosotros. Y en cambio Jesús nos invita a perder la propia vida por Cristo y el Evangelio, para recibirla renovada, realizada y auténtica”.
“Estamos seguros, gracias a Jesús, dijo luego el Pontífice, que este camino conduce a la resurrección, a la vida plena y definitiva con Dios. Decidir seguirlo a él, nuestro Maestro y Señor que se hizo Siervo de todos, exige una unión fuerte con él, escuchar de modo atento y asiduo su Palabra, acuérdense de leer todos los días un fragmento del Evangelio y recibir los Sacramentos”.
Comentando el Evangelio de hoy, el pontífice afirmó que “anunciando que tendrá que sufrir y será condenado a muerte para luego resurgir. Jesús quiere hacer comprender a los que lo siguen que él es un Mesías humilde y servidor. Es el Siervo obediente a la palabra y a la voluntad del Padre, hasta el sacrificio completo de la propia vida”. Por esto, “dirigiéndose a toda la multitud, declara que quien quiere ser su discípulo debe aceptar de ser siervo como él se hizo siervo y advierte: si alguno quiere venir detrás de mí, reniegue de sí mismo, tome su cruz y me siga”, completó.