Papa dice ante 100.000 personas que Jesús “es nuestro abogado defensor”

CIUDAD DEL VATICANO. Unas cien mil personas asistieron a la audiencia pública del papa Francisco, en la que aseguró que Jesús “es nuestro abogado, el que nos defiende siempre” y exhortó a los fieles a “no tener miedo de ir hacia Él y pedirle perdón”.

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“Es bonito saber que tenemos un abogado. Cuando uno es llamado por el juez en un juicio lo primero que hacemos es llamar al abogado. Nosotros tenemos uno que nos defiende siempre, nos defiende de las insidias del diablo, nos defiende de nosotros mismos, de nuestros pecados”, afirmó el papa Bregoglio durante la catequesis, dedicada al Año de la Fe y en la que reflexionó sobre la Ascensión del Señor.

Ante una plaza de San Pedro repleta de fieles en una mañana soleada, el Obispo de Roma invitó a los creyentes a ir “hacia nuestro abogado” y en la misma línea que Juan Pablo II agregó: “No tengamos miedo de ir hacia Él, de ir a pedirle perdón. Él nos defiende siempre, es nuestro abogado. No olvidarlo nunca, Él es nuestro abogado”.

En referencia a la Ascensión de Cristo, el Papa aseguró que no indica la ausencia de Jesús, “sino que está vivo en medio a nosotros de manera nueva, no en un lugar preciso del mundo como era antes de la Ascensión”.

“Ahora está en todos los lugares y tiempos, cercano a cada uno de nosotros. En nuestra vida jamás estamos solos. El Señor crucificado y resucitado nos guía, nos asiste y nos defiende”, subrayó.

El papa Bergoglio agregó que los hombres deben saber que “entrar en la gloria de Dios exige la fidelidad cotidiana a su voluntad, aun a costa de sacrificios y del cambio de nuestros programas”.

El pontífice aseguró que con su ascensión al cielo, Jesús “ha abierto el paso llegar a Dios y nos atrae hacia Él, nos protege, nos guía e intercede por nosotros”.

“Mirar a Jesucristo, que asciende a los cielos, es una invitación a testimoniar su Evangelio en la vida cotidiana, con la vista puesta en su venida gloriosa definitiva”, añadió.

Por segunda vez durante una audiencia pública de los miércoles, el Papa saludó en español y tuvo palabras de afecto para los fieles presentes de España, Argentina, Panamá, Venezuela, México y otros países latinoamericanos, a los que exhortó a “contemplar a Cristo, sentado a la derecha de Dios Padre, para que nuestra fe se fortalezca y recorramos alegres y confiados los caminos de la santidad”.

El Papa argentino recorrió la plaza de San Pedro en el papamóvil, en medio de los aplausos, vivas y ondear de banderas. Como ya es habitual, besó a niños y enfermos, estrechó manos y se le vio feliz.

Un fiel le entregó un solideo blanco y el Papa no dudó en quitarse el que llevaba puesto y colocarse el regalado por el fiel.

No es la primera vez. En numerosas ocasiones, sobre todo sacerdotes, han aprovechado el momento de acercarse al Papa para quitarle el solideo y entregarle uno nuevo. Ya ocurrió, entre otros, con Juan Pablo II y Benedicto XVI.

Al final de la audiencia, el papa Francisco expresó su solidaridad y cercanía con las personas afectadas por el nuevo terremoto que ha sacudido de Irán y Pakistán, que ha causado numerosos muertos y heridos y rezó por las víctimas.

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