A unas semanas del sínodo sobre la familia que comienza el 4 de octubre, el pontífice argentino habló ante una delegación de 400 miembros de los Equipos de Nuestra Señora, un movimiento de parejas cristianas nacido en Francia en 1938.
El Papa, que había asegurado en junio que el divorcio podía ser necesario en algunas ocasiones, por ejemplo en casos de violencia conyugal, volvió a hablar del fracaso de algunos matrimonios cristianos. Sus palabras, inéditas en boca de un pontífice, deberían influir en los debates del próximo sínodo.
“Sólo puedo animar a las parejas de los Equipos de Nuestra Señora a ser instrumentos de la misericordia de la Iglesia para personas cuyo matrimonio fracasó”, dijo, mencionando “el indecible sufrimiento de los niños que viven esas dolorosas situaciones familiares. Las familias heridas son tan numerosas hoy en día”, añadió, citando entre los motivos “el desequilibrio provocado por un distanciamiento, una ausencia o un clima de violencia”.
La Iglesia Católica no reconoce el divorcio, pero el Papa decidió esta semana simplificar los trámites para obtener la nulidad del matrimonio. El pontífice volvió, sin embargo, a condenar este jueves los “poderosos proyectos contrarios” difundidos por “colonizaciones ideológicas”, en alusión al matrimonio homosexual y a la “teoría de género”.