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Las palabras del pontífice se conocen en momentos en que los obispos debaten en el Sínodo, en Roma, temas de la familia, la comunión a los fieles divorciados y vueltos a casar, entre otras cuestiones. Tranquilizó a los Padres Sinodales más temerosos de’revoluciones’ sobre la enseñanza de la Iglesia y ratificó que “la doctrina católica sobre el matrimonio no fue tocada, no fue puesta en cuestión por el Sínodo precedente”.
Quien informó sobre la homilía de Jorge Mario Bergolgio fue el director de la sala de prensa del Vaticano, el padre Federico Lombardi, durante el informe a los periodistas.
Hoy es el segundo día del Sínodo, con el inicio de las labores de los Círculos Menores, los grupos restringidos quedarán su aporte a la redacción del informe final.
A hoy son 72 los Padres Sinodales que tomaron la palabra. La mayor parte de las intervenciones provinieron de Europa, pero también fueron numerosas las de los obispos de América Latina.
En general, hablaron purpurados de todos los continentes sobre temas como crisis en el matrimonio, violencia contra la mujer, necesidad de apoyo a la Iglesia en el camino de los cónyuges.
También el Papa habló nuevamente, tras el saludo introductorio del lunes, para abrir el espectro de la discusión, que parece también que este año ’sacrificado’ por los nudos más problemáticos.
“No debemos dejarnos condicionar y reducir nuestro horizonte de trabajo sinodal como si el único problema fuera el de la comunión a los divorciados vueltos a casar; se necesita tener encuenta la amplitud de las cuestiones”, advirtió el Papa.
Pero en cualquier caso, en este como en otras cuestiones delicadas -también se habló de los homosexuales invocando “no piedad sino respeto”, como dijo alguno de los Padres que intervinieron- Francisco invita a actuar con misericordia.
“Donde está el Señor hay misericordia. Y San Ambrogio agregaba: 'Y donde hay rigidez están sus ministros’. La inflexibilidad que desafía la misión, que desafía la misericordia”, afirmó el Papa en la misa de Santa Marta.
En la apertura de las labores del Sínodo hizo un llamado a la castidad, tal vez no casual luego de la salida del closet de Krysztof Charamsa, el oficial del ex Santo Oficio que voló a Barcelona con su pareja.
En la breve homilía durante la oración inicial, el cardenalGeorge Alencherry, arzobispo mayor de Ernakulam-Angamaly de los Sirio-Malabares, hablando de los celibatos de los sacerdotes, destacó que es “una signo”.