Papa autorizó uso de la “píldora del día después” en Alemania

BERLÍN. Benedicto XVI autorizó en los hospitales católicos alemanes el uso de la píldora anticonceptiva de urgencia, conocida como “píldora del día después”, en mujeres víctimas de violación.

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Así lo revela hoy el arzobispo de Colonia, el cardenal Joachim Meissner, en declaraciones al rotativo Kölner Stadt Anzeiger, en las que comenta que su reciente decisión de autorizar el uso de ese anticonceptivo fue consensuado con la Congregación para la Defensa de la Fe y la Academia Papal.

”Hablé también con el secretario del Papa, el arzobispo Gänswein. Él me dijo: 'El Papa lo sabe. Todo está en orden'“, afirma Meissner, considerado un religioso conservador, quien el pasado 31 de enero anunció inesperadamente que la Iglesia Católica autorizaba el uso de la ”píldora del día después“.

El arzobispo señaló entonces en un comunicado público que, desde su punto de vista, ese anticonceptivo podía utilizarse ”si se aplica con la intención de evitar la fecundación“, pero que no sería aceptable su uso para evitar que se desarrolle una célula ya fecundada.

Meissner comunicó también que no ponía objeciones a que los médicos de centros católicos informen a sus pacientes de métodos que para la iglesia no son aceptables y sobre el acceso a los mismos, aunque los doctores deberían, sin hacer presión sobre el paciente, informar y argumentar adecuadamente sobre la postura de la Iglesia.

El arzobispo de Colonia subrayó entonces que ese tipo de información para pacientes se refería exclusivamente a las víctimas de violaciones.

Esta decisión tiene su origen en el escándalo en torno a una joven alemana que, tras ser violada, acudió en diciembre pasado a dos clínicas católicas de Colonia, que le denegaron, por motivos religiosos, administrarle o recetarle esa píldora anticonceptiva.

Joachim Meissner comentó entonces que había cambiado de postura hacia ese método anticonceptivo tras consultar con varios especialistas, quienes le explicaron que su uso temprano evita que llegue a producirse una fecundación y con ello el comienzo de una nueva vida, sin que llegue a efectuarse por ello un aborto.

En Alemania se venden desde hace varios años dos preparados de ”píldora del día después" -que no deben confundirse con las píldoras abortivas-, cuya función principal es reprimir la ovulación en la mujer y que deben administrarse en las primeras 72 horas después del acto sexual.

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