Esto es un día después de que un tribunal ordenara su puesta en libertad, lo que provocó la protesta del Gobierno de Nueva Delhi.
Una fuente policial de Golra, barrio del sureste de Islamabad donde se produjo el arresto, confirmó que Lakhvi fue detenido por el “secuestro de un hombre de nombre Anwar” y ha sido presentado hoy entre estrictas medidas de seguridad en un juzgado.
Un Tribunal de Islamabad había suspendido ayer una orden del Gobierno de Pakistán del pasado 19 de diciembre por la que Lakhvi se mantenía en prisión domiciliaria, pese a que otro juzgado, en este caso anticorrupción, había ordenado su puesta en libertad bajo fianza por “falta de pruebas en su contra” en el caso de los atentados.
Lakhvi obtuvo ayer la libertad tras apelar la orden gubernamental, amparada por la ley de Mantenimiento del Orden Público, que permite la detención de personas acusadas de participar en protestas políticas o de suponer una amenaza para el Estado.
El presunto comandante del grupo terrorista paquistaní Lashkar-e-Toiba había sido arrestado en febrero de 2009 junto a otras seis personas bajo la acusación de planear y ayudar a llevar a cabo los atentados de Bombay, que causaron 166 muertos, varios de ellos extranjeros.
Tras la decisión ayer del tribunal, India protestó de manera airada e incluso convocó al jefe de la misión diplomática pakistaní en Nueva Delhi para expresarle la “gran preocupación” del Gobierno de Narendra Modi.
La acción de las autoridades pakistaníes contra Lakhvi se produce en momentos en que el Gobierno de ese país ha endurecido su discurso contra los talibanes y el terrorismo tras la masacre a mediados de mes de más de un centenar de niños en una escuela de Peshawar, en el noreste del país.
El Gobierno de Nawaz Sharif anunció una batería de medidas en su “guerra” contra el terrorismo y suspendió la moratoria de la aplicación de la pena de muerte para los sentenciados por terrorismo, lo que, según las autoridades, supondrá la ejecución de más de quinientas personas en las próximas semanas.
Los ataques de Bombay de 2008 fueron lanzados contra edificios como la estación de ferrocarriles Victoria y lujosos hoteles cerca de la famosa Puerta de la India.
Los integrantes de Lashkar-e-Toiba utilizaron rifles de asalto y granadas en ataque que se prolongó durante tres días e incluyó la toma de rehenes, hasta ser muertos todos los atacantes menos uno, que fue juzgado y ahorcado en la India, en 2012.