Poco antes del mediodía (23:00 del sábado en Paraguay), las mujeres franquearon en autobús la zona desmilitarizada que separa ambas Coreas, tras pasar varios días en Pyongyang, una visita no exenta de críticas.
En un primer momento, el grupo, que cuenta con las premios Nobel de la Paz Leymah Gbowee y Mairead Maguire, quería cruzar la zona desmilitarizada a través de Panmunjom, donde Pyongyang y Seúl mantienen a sus soldados a pocos metros de distancia en conflicto permanente en la frontera.
Sin embargo, Corea del Sur se opuso a este plan y las mujeres dijeron que acordaron “con pesar” cruzar por una carretera en la parte occidental de la frontera.
Con esta acción, las activistas buscan subrayar la necesidad de un verdadero tratado de paz para remplazar el armisticio que puso fin al conflicto de 1950-1953, pero sin acabar técnicamente con la guerra entre ambos Estados. Asimismo, el grupo quiso poner de relieve la angustia de las familias divididas que no han tenido casi o ningún contacto desde la separación de Corea del Norte y el Sur hace ahora 70 años.
A pesar de su nombre, la zona desmilitarizada, una franja de tierra de 4 kilómetros de ancho y 248 de largo, es una de las fronteras más militarizadas del mundo con vallas electrificadas, campos minados y muros antitanque.
Durante una conferencia retransmitida en vivo desde una habitación de hotel de Pyongyang, Leymah Gbowee estimó el sábado que esta iniciativa era un éxito.
“No sólo hemos recibido la autorización para esta travesía histórica, sino que también hemos logrado que los dos gobiernos coreanos se comuniquen. Es un éxito”, dijo. Sin embargo, el grupo de militantes pacifistas ha sido el blanco de críticas, que sugerían su eventual uso como una herramienta de propaganda de un régimen norcoreano acusado de violar los derechos humanos.
“No ignoramos el hecho de que existen restricciones aquí. Lo tenemos perfectamente claro”, dijo Gloria Steinem. “Alcanzamos nuestro objetivo de realizar diplomacia ciudadana”.