El ataque destrozó un cajero automático y los cristales de la oficina bancaria, situada a cien metros de una comisaría de policía, en el centro financiero de la capital argentina, informaron fuentes de la fuerza de seguridad.
Los portavoces descartaron que el móvil del atentado haya sido el robo y apuntaron que el artefacto explosivo tenía mayor poder que el que estalló el 17 de marzo pasado y causó destrozos en otra oficina del BNA en la zona norte de la capital argentina.
A diferencia de atentados similares perpetrados por grupos nacionalistas contra bancos extranjeros en los últimos años, nadie se ha declarado responsable por los cometidos contra el BNA, que cuenta con 525 sucursales en todo el país.
Los portavoces descartaron que el móvil del atentado haya sido el robo y apuntaron que el artefacto explosivo tenía mayor poder que el que estalló el 17 de marzo pasado y causó destrozos en otra oficina del BNA en la zona norte de la capital argentina.
A diferencia de atentados similares perpetrados por grupos nacionalistas contra bancos extranjeros en los últimos años, nadie se ha declarado responsable por los cometidos contra el BNA, que cuenta con 525 sucursales en todo el país.