Fasquelle subrayó, en una entrevista al canal “BFM TV”, que aunque no haya constancia de que en las playas de Le Touquet se bañen mujeres con ese traje de baño islámico (que cubre completamente el cuerpo de la mujer), “no hay que esperar a tener un problema para interesarse. El papel de un alcalde también es anticiparse”.
Insistió en que esta medida se enmarca en otras que han tomado desde el comienzo del verano para reforzar la seguridad y la puso en paralelo con el despliegue de agentes de policía en las playas.
“Hay que luchar contra todos los comportamientos extremistas, sean cuales sean”, afirmó el primer edil, que es también diputado de su partido, Los Republicanos, y tiene intención de llevar la cuestión al Parlamento en otoño para iniciar un “debate de fondo” sobre esta cuestión, a la que a su juicio el Gobierno de izquierdas no presta suficiente atención.
Aunque reconoció que “no se trata de calificar de terroristas a todas las mujeres que llevan el 'burkini' en la playa”, reiteró que “hace falta un verdadero debate nacional” sobre la conveniencia de establecer restricciones al proselitismo religioso “ostentoso” en el espacio público.
Dos alcaldes de su mismo partido en la Costa Azul, los de Cannes y Villeneuve-Loubet, también han publicado decretos similares en las últimas semanas para prohibir los “ burkinis ” en las playas.
Lo mismo ha hecho otro de izquierdas en la localidad de Sisco, en Córcega, después de que el pasado sábado se produjera un serio altercado entre unas familias de origen magrebí que estaban en la playa y otros vecinos de este pueblo.
La ministra de la Familia, la Infancia y los Derechos de la Mujer, Laurence Rossignol, ha sido la única voz del Gobierno francés que ha intervenido por ahora para criticar el “ burkini ” como “ una versión playera del 'burqa ” con el que “ se trata de encerrar, de disimular el cuerpo de las mujeres para controlarlas mejor ” , pero también criticó a los alcaldes conservadores.
Rossignol, en una entrevista publicada hoy por “ Le Parisien ” , habló de “ escalada ” en la reacción de esos ayuntamientos y cargó en particular contra el texto de Cannes por justificar la prohibición por el contexto terrorista, ya que así se contribuye a hacer amalgamas entre musulmanes y extremistas.
Los primeros decretos han sido recurridos ante el Consejo de Estado, que en los próximos días debe dictaminar sobre su regularidad legal.