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“No solo preocupa, sino que preocupa mucho”, dijo a la prensa el ministro de Defensa del Brasil, Raúl Jungmann, al ser consultado sobre el atentado ocurrido el miércoles pasado en Pedro Juan Caballero, donde dos bandas criminales se enfrentaron y resultó muero el líder de uno de ellos, Jorge Rafaat.
Señaló que el tipo de arma utilizada –que es la misma que utiliza el ejército brasileño-, así como la cantidad de personas involucradas en el hecho demuestran un alto nivel de organización y poder de esas bandas. “Creo que el Brasil tiene que buscar con los países vecinos, a través de una acción diplomática, operar para inhibir el comercio de esas armas”, señaló y apuntó que es de relevancia hacerlo porque las poblaciones de ambos países quedan vulnerables al crimen organizado. “La frontera es una cuestión de seguridad para nuestras poblaciones”, indicó.
Jungmann habló de un proyecto denominado Sistema Integrado de Monitoreamiento y Vigilancia en las Fronteras (Sisfrom), que en su opinión sería muy útil aplicarlo en las fronteras contra el crimen organizado. Dentro de este proyecto habló de la adquisición de un satélite israelí con una altísima capacidad de resolución.
Sobre el operativo Ágata 11 que está siendo desplegado a lo largo de la frontera seca de Brasil con varios países, dijo que es una acción que no solo tiene que ver con las Olimpiadas sino que es también una cuestión de “defensa y soberanía” de Brasil.
Además dijo, que considera que estos operativos deben hacerse más seguido, de manera más prolongada y se debe mejorar el factor sorpresa de cuándo se hace para poder tener más efectividad. Para el ministro, el operativo que involucra a unos 12.000 hombres del ejército, además de otros cientos de operadores y que tiene un costo de aproximadamente 9 millones de reales, es satisfactorio en cuanto a su rendimiento.