Los residentes se fugaban en masa a medida que el huracán de categoría 4 se aproxima a la costa atlántica estadounidense, donde se espera que toque tierra entre jueves y viernes.
“Esta es una de las peores tormentas que azotará la costa este en muchos años”, tuiteó el presidente Donald Trump. “¡Prepárense, tengan cuidado y estén seguros!”, advirtió.
Florence tiene el potencial de provocar catastróficas inundaciones en zonas de la costa este ya anegadas por fuertes precipitaciones, y podría ser la peor tormenta en azotar la zona en varias décadas. A las 09H00 GMT, el ciclón se encontraba 660 km al sur de Bermuda.
Se espera que el ojo de Florence pase en medio de Bermuda y las islas Bahamas entre miércoles y jueves, señaló el Centro Nacional de Huracanes (NHC), con sede en Miami. Los meteorólogos pronostican que Florence se fortalecerá en las próximas 36 horas, a medida que se desplaza hacia el oeste-noroeste a 24 km/h.
“Se prevé un mayor fortalecimiento y se espera que Florence sea un huracán de gran intensidad extremadamente peligroso a lo largo del jueves” , indicó el NHC.
El gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster, ordenó la evacuación de un millón de residentes antes del posible arribo de Florence el jueves. Las escuelas de 26 de los 46 condados del estado permanecerán cerradas desde el martes. “Esto es un huracán de verdad”, dijo el gobernador. “Las evacuaciones son inconvenientes, pero no queremos arriesgar una sola vida”.
Su par del vecino estado de Carolina del Norte, Roy Cooper, ordenó la evacuación de los Outer Banks, barrera de islas destino de turistas, así como zonas del costero condado de Dare.
“Aquí en Carolina del Norte nos estamos preparando para un golpe fuerte”, dijo el gobernador Cooper en rueda de prensa. Añadió que Carolina del Norte se toma al huracán Florence “muy seriamente” y pidió a los ciudadanos que también lo hagan.
El presidente de la junta del condado de Dare, Robert Woodward, estimó que “esta es una tormenta enorme” y predijo lluvias entre 380 y 500 milímetros. “Nunca hemos visto una tormenta de este tipo acercarse a nosotros”, agregó.
Los estados de Carolina del Norte y del Sur, así como el de Virginia, se declararon en emergencia para acelerar los planes de contingencia. Las autoridades ordenaron la evacuación de más de 1,25 millones de habitantes que residen en las zonas costeras de los tres estados.
La gobernación de Virginia espera “inundaciones catastróficas, fuertes vientos y posibles amplios cortes de energía”, en tanto advirtió que las inundaciones representan la peor amenaza. Trump declaró la emergencia en los estados amenazados, lo que permite el envío de ayuda federal. El mandatario dijo que había hablado con los respectivos gobernadores y que “el gobierno federal está listo para asistir 24/7”.
Fuertes precipitaciones durante el fin de semana en la zona de Washington ya provocaron inundaciones en la vecina Alexandria, Virginia, y el Servicio Nacional de Meteorología emitió un aviso de inundaciones para parte del río Potomac.
La Armada estadounidense indicó que se preparaba a enviar mar adentro a unos 30 buques estacionados en Virginia. Los barcos zarparán de las bases de Norfolk y Little Creek para evitar daños provocados por los vientos y las fuertes mareas, dijo el coronel Rob Manning, un portavoz del Pentágono.
En Charleston, una vieja ciudad portuaria de Carolina del Sur, los residentes se disponían a llenar sacos de arena y comprar provisiones antes de que comience el éxodo masivo. John Johnson, encargado de una ferretería en el centro, dijo a la AFP que la carrera por conseguir baterías, linternas, cubiertas de plástico y sacos de arena comenzó el viernes pasado.
“No hemos parado”, comentó. La enfermera Barbara Mack llenaba sacos de arena con una pequeña pala en una instalación de obras públicas de Charleston, pero vio otro aspecto de la tarea: “Este es un buen ejercicio... probablemente el único ejercicio que tendré esta semana”, bromeó.
Deborah LaRoche, una directora de servicios sociales y madre de dos hijos, dijo que con su esposo sopesan si evacuar su casa en la cercana Johns Island: “No importa lo que sucedió en las tormentas (previas). Esta es diferente”, declaró. Meteorólogos advierten que luego Florence podría permanecer estancada en tierra firme antes de disiparse, como lo hizo Harvey en Texas el año pasado, lo que aumentaría el riesgo de inundaciones.