Optimismo por rescate de cuatro niños tailandeses

Los primeros cuatro niños fueron salvados este domingo de la gruta de Tham Luang, en el norte de Tailandia, donde aún permanecen atrapados otros ocho pequeños futbolistas y su entrenador, desde el pasado 23 de junio.

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BANGKOK. Después de siete largas horas, los aplausos y los gritos de alegría rompieron la ansiedad y la angustia: por la entrada de la gruta salieron los primeros dos niños, no mucho más tarde otros dos.

Los primeros cuatro niños fueron puesto a salvo. Y entre ellos incluso el más pequeño, con solo 11 años. Los buzos, dos para recuperar a cada niño, fueron a buscarlos y los sacaron a la superficie. Están bastante bien, incluso a uno de ellos –en condiciones “graves” pero sin peligro de vida–, fue necesario transportarlo al hospital.

En la operación de rescate de los menores participaron “trece especialistas de nivel mundial llegados de países con experiencia” en espeleología, según explicó este domingo Chalongchai Chaiyakorn, uno de los responsables del rescate.

Ahora se espera, en medio del optimismo, por los otros ocho niños y el entrenador para ser liberados: su recuperación fue pospuesta hasta las primeras horas de la madrugada.

Y se deberá esperar, hasta mañana, para dar un suspirar de alivio por un rescate que por dos semanas mantuvo al mundo en vilo, entre la angustia, la esperanza y el miedo de no hacerlo, pese al compromiso de los socorristas y de aquellos equipos de distintos países.

Mientras tanto, hay alegría y satisfacción. Y no solo las madres y las familias que esperaron todos estos días, durmiendo en el piso frente a las cuevas. Sino también por parte de los rescatistas que esta mañana hablaron sobre “el día D”.

“Fue nuestra obra maestra”, declaró el responsable de las operaciones cerrando la emocionante jornada.

Después de dos semanas bajo tierra, los cuatro niños recuperados fueron transportados inmediatamente al Hospital Prachanukroh de Chiang Rai, a más de 60 kilómetros de distancia.

Los dos primeros salieron a eso de las 17:40 hora local (10:40 GMT), los otros vieron la luz dos horas después.

El octavo piso del hospital estaba reservado para ellos, y al menos durante un día se mantendrán aislados entre si, incluso de sus padres, como medida de precaución contra posibles infecciones.

Todo el campamento base en el atolladero fuera de la gruta, y también aquel de los periodistas desplazados a la fuerza esta mañana a dos kilómetros de distancia, reaccionaron con incredulidad y alegría ante las noticias que circularon sobre la salida de los primeros muchachos.

El Gobernador Narongsak Osanakorn, que dirige los esfuerzos de ayuda, había anunciado el despliegue en la mañana dando como horario mínimo de salida las 21 horas locales. Está claro que las condiciones del recorrido resultaron ser mejores de lo que se pensaba. Solo en el primer kilómetro, el más difícil, fue necesario bucear.

Una vez alcanzada la “tercera cueva” , es decir la base intermedia de los rescatistas más cercana al grupo de niños, el resto del trayecto es ahora transitable a pie. Fue la mejor situación en los últimos días, después de que el pasado sábado,el nivel del agua había bajado treinta centímetros.

Salvados los primeros cuatro, ahora es necesario hacer una pausa por motivos logísticos. “Hemos usado todo el oxígeno”, dijo Narongsak, sin especificar si se trata de los tanques (bombonas) de oxígeno o del aire en la gruta; en todo caso, el responsable de los socorristas no expresó preocupación por las condiciones de los ochos jóvenes y su entrenador para el inicio de la segunda parte de operaciones, que se realizará este lunes.

“Ahora es necesario un descanso de 10 a 20 horas”, dijo Narongsak, explicando el deseo de recrear las mismas condiciones existentes en la mañana de hoy antes del visto bueno para la recuperación. Una posible complicación está dada por el hecho de que en la noche en la zona cayó una fuerte lluvia, ampliamente pre anunciada. Esto podría elevar el nivel del agua en la gruta, finalmente cayeron 30 centímetros solo en la jornada del sábado en preparación para la tarea de rescate. Pero quizás no en cantidades decisivas.

El operativo de este domingo fue el fruto de un extraordinario esfuerzo de cooperación internacional, con 50 buzos extranjeros y 40 tailandeses, incluida una unidad de “estrellas” de 13 extranjeros y cinco Navy Seal tailandeses que son aquellos comprometidos en el tramo de la ruta más difícil, el primer kilómetro desde el muelle fangoso donde el grupo había sido bloqueado durante más de dos semanas. Faltan aún decenas de horas de inmenso esfuerzo colectivo entre túneles aún semi sumergidos con la responsabilidad de hacer emerger a los niños aún debilitados. Pero como escribieron los Navy Seal tailandeses en cuenta de Facebook, “esta noche finalmente podemos dormir bien”. Pensando también en el colega héroe que el otro día perdió la vida.

Se trataba de un antiguo miembro de los cuerpos de élite de la Marina identificado como Saman Kunan -de 38 años-, el cual falleció la noche del jueves al quedarse sin oxígeno mientras estaba sumergido y tras completar con éxito una misión de suministro hasta la gruta donde se encontraban los niños y el entrenador.

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