El gigantesco corte de luz, el peor que sufre el país petrolero de 30 millones de habitantes, comenzó el jueves a las 16:53 locales (20:53 GMT) en Caracas y casi todos los 23 estados de Venezuela.
Pero el servicio se restablecía poco a poco este sábado en la capital y en los estados de Miranda y Vargas, aunque muchas regiones -como Táchira, Zulia y Barinas- seguían sin electricidad y otras reportaban inestabilidad en el suministro.
Las autoridades aún no dan un balance de la situación. No obstante, en Caracas aún estaba suspendido el servicio del Metro -que moviliza a diario a unos dos millones de personas-, lo que obliga a la gente a largas caminatas.
Las telecomunicaciones también comenzaban a normalizarse y los comercios seguían cerrados. El apagón obligó a suspender las actividades laborales y escolares, causando zozobra en la población, que tampoco ha tenido agua y ha estado prácticamente incomunicada por la inestabilidad de las redes de telefonía e internet.
Los hospitales han vivido situaciones dramáticas; los que tienen plantas generadoras las usan solo para emergencias. Los vuelos fueron cancelados y cientos de personas quedaron varadas en el aeropuerto internacional Simón Bolívar y otras terminales aéreas.
Tras pasar la segunda noche a oscuras, los opositores y oficialistas se preparaban para marchar. “Convoco a todo el pueblo venezolano a expresarnos masivamente en las calles contra el régimen usurpador, corrupto e incapaz que ha puesto a oscuras a nuestro país”, tuiteó la noche del viernes Guaidó, reconocido por más de 50 países como presidente interino de Venezuela.
Diputados denunciaron que a la madrugada fueron detenidos dos colaboradores que cargaban en sus vehículos la tarima desde donde hablaría Guaidó. Esta mañana hay fuerte presencia policial, con equipo antimotines, y del servicio de inteligencia en el lugar. No obstante, los legisladores aseguraron que la marcha sigue en pie.
Maduro, quien también había convocado hace unos días a sus seguidores a una marcha “antiimperialista”, atribuye el apagón a una “guerra eléctrica” promovida por “el imperialismo estadounidense”.
“Cada intento de agresión imperial se encontrará con una respuesta contundente de los patriotas”, escribió en Twitter Maduro, quien no ha comparecido públicamente durante el apagón.
La masiva falla eléctrica se produce en medio del hartazgo por una fuerte crisis económica, con escasez de medicinas y alimentos y una hiperinflación que ha provocado el éxodo de 2,7 millones de venezolanos desde 2015 según la ONU y que la OEA proyecta llegará a cinco millones este año.
Maduro mantiene un duro enfrentamiento con la administración de Donald Trump, que reconoció al jefe parlamentario Guaidó como presidente encargado de Venezuela, al igual que más de 50 países. Sin dar mayores detalles, el gobierno denunció un “ataque cibernético” al sistema de control de la hidroeléctrica de Guri, ubicada en el estado Bolívar (sur), la mayor de Venezuela y la segunda de América Latina, superada solo por la de Itaipú (Brasil-Paraguay).
El apagón también afectó al vecino estado brasileño de Roraima. La oposición y expertos responsabilizan al gobierno socialista por falta de inversiones y mantenimiento y por la corrupción ante recurrentes interrupciones del servicio eléctrico, principalmente en el interior del país, pero las autoridades denuncian constantes actos de “sabotaje”.
El asesor de seguridad nacional de Trump, John Bolton, consideró que “el sistema eléctrico de Venezuela colapsó” debido “a años de una gestión corrupta de Maduro”.
El ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, anunció que Venezuela denunciará a Estados Unidos por el apagón ante una misión de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU que visitará el país en los próximos días. El ministro de Defensa, Vladimir Padrino, calificó al apagón de “agresión deliberada” por parte de Washington y anunció un “despliegue de seguridad” de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
Marielsi Aray, una joven de 25 años ingresada en cuidados intensivos del Hospital Universitario de Caracas, murió la madrugada del viernes luego de que los equipos que la mantenían respirando se detuvieron. “Los médicos trataron de reanimarla de forma manual, pero se descompensó y murió a las dos de la madrugada”, contó a la AFP su tío José Lugo, mientras esperaba que le entregaran el cuerpo en la puerta del centro médico. La oposición denunció decenas de muertes debido al corte eléctrico, lo que el ministro Rodríguez calificó de “falso”.
La colapsada economía está paralizada, ya que nadie puede retirar dinero de los cajeros ni usar ningún tipo de tarjetas, en un país donde las transacciones electrónicas son indispensables incluso para operaciones pequeñas como comprar una barra de pan por la escasez de efectivo. “El poquito salado (carnes) que se tenía se tuvo que cocinar para que no se pusiera malo tan rápido. Dormimos afuera, no tenemos señal, todos los abastos cerrados. Esto es un caos”, declaró Elena Bermúdez, de 31 años.
Algunas personas sacaban gasolina de sus vehículos para alimentar plantas generadoras, pues muchas estaciones de servicio estaban cerradas y en las muy pocas que estuvieron abiertas había largas filas de vehículos.