“Es un encuentro de todos los que están siendo más o menos impactados por cuenta de Belo Monte. Pescadores, pequeños agricultores, personas que han visto sus casas demolidas”, dijo a la AFP Verena Glass, responsable de comunicaciones del encuentro.
Entre el 13 y el 17 de junio el encuentro reunirá a unas 500 personas entre ambientalistas, pescadores, agricultores, indígenas y otros ciudadanos en la ciudad de Altamira, a 40 km de donde se construye esta represa, la tercera mayor hidroeléctrica del mundo, valorada en cerca de 13.000 millones de dólares.
“No tenemos recursos para llevar a todas esas personas a Río de Janeiro. Por eso, haremos este evento paralelo a la cumbre porque queremos que el mundo tenga una noción de lo que está ocurriendo”, añadió la activista, asegurando que “es una barbaridad lo que se está cometiendo en la Amazonía”.
El encuentro paralelo fue bautizado como Xingú+23 por los años que transcurrieron desde un primer movimiento ecologista en la zona y por el río Xingú, uno de los principales afluentes del Amazonas en cuyo lecho será construida la represa. El encuentro acogerá debates y asambleas para evaluar medidas y nuevas acciones.
“Se trata una reorganización de los afectados, para que conozcan sus derechos. A pesar de todo, Belo Monte aún no es un hecho consumado”, aseguró Glass.
Belo Monte comenzó a ser construida hace un año y se ganó la oposición frontal de ambientalistas y celebridades como el cantante inglés Sting. Por otro lado, unas 6.000 familias se preparan para abandonar sus casas, que serán inundadas por la represa.
El encuentro paralelo ya tiene el apoyo del exministro de Cultura y músico popular Gilberto Gil, así como de la ex ministra de Medio Ambiente y exsenadora Marina Silva.
Del 20 al 22 de junio un centenar de gobernantes se darán cita en la cumbre de la ONU Rio+20 para debatir la sustentabilidad del planeta. Las reuniones previas arrancarán el 13 de junio.