Este sábado los opositores encabezaron varias jornadas de manifestaciones, esta vez para atravesar ciudades y unir partidarios de varios estados del país en protesta al Gobierno socialista, sorteando piquetes y cordones policiales.
Desde Caracas partió una caravana para viajar en automóvil, autobús y motocicleta hasta el vecino estado de Vargas, una movilización que se desarrolló sin problemas.
Sin embargo, unas decenas de personas que manifestaron a pie por una de las principales vías de la capital venezolana fueron dispersadas en poco tiempo por agentes de seguridad.
Otro grupo de opositores partió desde Valencia, capital de Carabobo, para unirse a sus compañeros de Aragua en una concentración en el Campo Carabobo, pero el acceso al monumento fue bloqueado por las fuerzas de seguridad, y los manifestantes dispersados con gases lacrimógenos en la autopista en varios puntos.
En otras veinte ciudades se convocaron actividades similares.
El primer vicepresidente del Parlamento, Freddy Guevara, que encabezó la movilización que fue de caracas hasta el vecino estado Vargas, aseguró que “la agenda de lucha va a escalar, (...) va aumentar”, al tiempo que dijo a la multitud que se concentró al termino de la movilización que para que “la presión aumente se requiere organización, disciplina, y de sumar a más venezolanos”.
El lunes los opositores convocaron a un nuevo “plantón nacional”, en las principales vías del país con el objetivo de tomar “pacíficamente”, una vía publica y permanecer “en resistencia todo el día, para demostrar fuerza” pero a la vez bloquear las carreteras, explicó Guevara.
Ya los opositores hicieron un evento similar en las últimas semanas, pero “como esto es una escalada tomaremos más vías que las anteriores y por más tiempo”, dijo el parlamentario sin ofrecer más detalles al respecto.
Las protestas que se iniciaron el 1 de abril han venido en escalada desde que Maduro anunció el inicio de un proceso constituyente para redactar una nueva Carta Magna como la “única”, manera de conseguir la paz, lo que sus detractores ven como un golpe de Estado y una manera de perpetuarse en el poder.
El clima de tensión ha dado pie para acusaciones de parte y parte de promover la violencia y la confrontación entre los venezolanos, y subir la tensión del país polarizado desde hace varios años.
Ayer un grupo de opositores retuvo durante varias horas a dos policías en la ciudad de San Cristóbal (oeste de Venezuela) para pedir a cambio la liberación de un hombre detenido en las protestas antigubernamentales.
Los dos agentes de la Policía Nacional Bolivariana estuvieron “rodeados”, durante más de diez horas en una vivienda del Barrio Sucre de San Cristóbal, capital del estado de Táchira, fronterizo con Colombia.
Los opositores, que rodearon la casa el viernes, pedían a cambio de dejar salir a los agentes la liberación de Omar Marino, detenido durante las protestas, mientras que difundieron imágenes y videos en las redes sociales en los que forzaban a los agentes a pedir la liberación del manifestante preso.
Además se han difundido a través de distintas vías mensajes llamando a los opositores a encarar a los políticos, hijos de funcionarios, o empresarios vinculados con el Gobierno, haciéndolos responsables de la crisis del país.
Las acciones han sido rechazadas por dirigentes opositores, entre ellos, Guevara quien indicó en un mensaje: “Sé que generará críticas, pero debo decirlo con claridad: no es correcto, moral ni políticamente, acosar hijos de funcionarios”.
El llamado fue hecho luego de que se difundieran varios mensajes en Twitter con supuestas direcciones e imágenes de personas vinculadas al Gobierno viviendo en el extranjero.
Por su parte, Maduro, quien convocó a un grupo de mujeres y madres al Palacio de Miraflores en un acto en respaldo a su Gobierno, ha dicho que el proceso de Asamblea Constituyente continua avanzando y que en pocos días presentará las bases para elegir a los representantes de ese proceso, en el que espera que “ al menos la mitad ” sean mujeres.
Reiteró las acusaciones contra el presidente del Parlamento, Julio Borges, por supuesta responsabilidad en la violencia de las protestas de las últimas semanas, y de varias de las 39 muertes que se han registrado en el marco de esas manifestaciones y de la agitación social que vive Venezuela.
Ha revelado también que el Gobierno espera desde hace varios días por la respuesta de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) invitada a participar en la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente, y que se negó a asistir al Palacio de Miraflores cuando fue invitada.