El organismo científico de Naciones Unidas puso en evidencia que la situación es crítica, tanto en término de temperaturas, como de deshielo del Artico. “Hemos sido testigos de un prolongado periodo de gran calor y todo indica que esto se convertirá en la nueva norma”, confirmó el secretario general de la OMM, Petteri Taala.
En esa línea “se han observado niveles inusualmente altos de concentración de dióxido de carbono, se han roto récords de temperatura y el calentamiento de los océanos ha acelerado el blanqueamiento de los arrecifes de coral”, continuó al hacer una valoración con los últimos datos disponibles.
“Es difícil seguir encontrando adjetivos para lo que ocurre con el clima”, dijo por su parte la portavoz del organismo, Claire Nullis. Frente a esta situación, la OMM espera que el próximo día 21 sea la oportunidad para que varios países opten por unirse al Acuerdo de París sobre Cambio Climático, con ocasión de una cumbre convocada con este fin por el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en Nueva York.
Las tendencias del clima indican que cumplir con el contenido de ese acuerdo “es ahora más urgente que nunca”, dijo Taala. El documento, rubricado en París el pasado diciembre, plantea fuerte reducciones de las emisiones de gases de efecto invernadero con el fin de evitar que el aumento de la temperatura supere la franja de 1,5 a 2 grados centígrados (con respecto a la era preindustrial).
La OMM confirmó -apoyándose en datos de la NASA y del Centro Europeo para las Previsiones Meteorológicas a Medio Plazo- que el último agosto fue el más caliente del que se tiene registros y que fue el pico de un periodo excepcionalmente prolongado de calentamiento global. La temperatura media en agosto fue 0,16 grados centígrados mayor que el agosto que había sido más caliente hasta entonces y que correspondía a 2014. Además, agosto también fue 0,98 grados centígrados más caliente que la media establecida en el periodo 1951-1980.
Por su parte, la llegada del fenómeno de La Niña -que suele seguir al de El Niño que finalizó en el primer trimestre de este año y suele tener un efecto de enfriamiento- es incierto. Por todas esas razones, “todo apunta a que 2016 será el año más caluroso en los registros, superando las temperaturas increíblemente elevadas de 2015”, recalcó el responsable de la OMM. En el verano boreal, varios lugares de Europa han experimentado temperaturas excepcionalmente altas.
Por otra parte, los datos más recientes indican que la superficie de hielo en el Ártico alcanzó su mínima extensión de este verano el pasado día 10, con lo que fue la segunda más reducida desde hace 37 años, cuando empezaron los registros por satélite. Esa superficie es comparable con la observada en el mismo periodo de 2007.
La extensión de hielo en el Ártico en 2016 ha sido de 4,14 millones de kilómetros cuadrados y se cree que la principal razón para que la situación no fuese dramática es que el verano en esa parte del mundo fue fresco, nublado y con tormentas regulares. “Históricamente, esas condiciones meteorológicas desaceleran la pérdida de hielo durante el verano, pero en lo esencial estaremos sólo un peldaño por debajo del récord”, indicó Nullis.
La menor superficie de hielo ártico data del 17 de septiembre de 2012, cuando disminuyó hasta los 3,39 millones de kilómetros cuadrados La cubierta de hielo ártico crece cada otoño e invierno y se reduce en primavera y en verano.