“Hay 24 fallecidos confirmados, 11 de Tafea, 8 de Efate y 5 de (la isla de) Tanna”, indicó en su último informe la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCAH).
Esa oficina de la ONU también indicó que unas 3.300 personas se encuentran alojadas en 37 centros de evacuación en Efate y las provincias de Torba y Penama.
Las cifras de la ONU discrepan con las de la Oficina de Gestión de Desastres de Vanuatu, que señaló que hay 11 muertos, 5 en la isla Tanna y otros seis en Port Vila, la capital, donde unas 10.000 personas están sin hogar, según Radio New Zealand.
Aún no se tiene un panorama completo y claro de la situación en Vanuatu debido a los problemas en las redes de telecomunicaciones, a la espera de que los reconocimientos de aviones australianos y franceses puedan identificar hoy las áreas más golpeadas por el ciclón.
Entre los muertos hay una mujer y su hijo adolescente que perecieron por los golpes causados por los escombros que volaban por los aires, mientras que un extranjero falleció cuando se hundió su yate, aunque se desconoce su nacionalidad, según la radio neozelandesa.
Patrick Sarjinson, funcionario de Vanuatu que trabaja en las tareas de limpieza en Port Vila, dijo al Guardian Australia que entre las víctimas hay un recién nacido que murió cuando le cayó encima el techo de una iglesia en la que se refugiaba con sus padres.
Otras cuatro personas no residentes, entre ellos un menor, que se encontraban dentro de sus yates para protegerse del ciclón también se cree que están entre las víctimas mortales, agregó el diario, aunque se desconocen sus identidades y nacionalidades.
Por su parte, Unicef expresó en un comunicado su preocupación por unos 70.000 niños en Vanuatu que pueden haber perdido sus casas o han sido afectados por el paso del ciclón.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) informó de que ha enviado equipos de primeros auxilios y medicamentos que se necesitan urgentemente en el archipiélago, según dijo su subdirectora en el Pacífico, Isabelle Austin, a la agencia australiana AAP.
La portavoz de Unicef, Alice Clements, alertó de que ha comenzado a detectarse en Vanuatu un brote de sarampión que se teme pueda propagarse por las condiciones causadas por el Pam, y explicó que esa agencia de la ONU intenta llevar agua potable a los habitantes para evitar enfermedades que se transmiten por el agua.
Clements también enfatizó que los alimentos pueden acabarse en unas semanas en algunas partes de Vanuatu que dependen de sus cultivos.
El corresponsal de Radio New Zealand en Port Vila, Koroi Hawkins, quien describió la situación como “una zona de guerra”, señaló que al parecer las provisiones de la Cruz Roja no han sido distribuidas porque se esperan los resultados de las evaluaciones para iniciar estas labores.
Agregó que ha habido algunos saqueos en Port Vila debido a que una parte de la ciudad está sin electricidad.