El fin de la epidemia ha sido declarado tras 42 días de vigilancia —el doble de la duración máxima de incubación del virus— sin que se registrara ningún nuevo caso, según las directivas de la OMS.
El hecho fue anunciado en Monrovia por Alex Gasasira, un responsable de la OMS durante una ceremonia en la sede de la célula de crisis anti-ébola, en presencia de la presidente liberiana Ellen Johnson Sirleaf.
“Hoy, 9 de mayo de 2015, la OMS declara a Liberia libre de la transmisión del virus del ébola. Han pasado 42 días desde el último caso confirmado en laboratorio”, afirmó Alex Gasasira.
“La epidemia del ébola en Liberia ha terminado” añadió. Ello supone una “éxito monumental” para el país, donde en un año, más de 4.700 personas, de un total de 10.500 casos, han muerto.
El representante de la OMS dio las gracias al gobierno y a la población del país, “cuya determinación para vencer el ébola nunca vaciló y cuya valentía nunca se debilitó”.
La presidenta Sirleaf también se felicitó del anuncio, que pone fin a la epidemia más grave de este virus desde 1976, y dio las gracias en particular al personal médico, el más afectado por el virus, con 189 muertes de un total de 380 casos, según cifras de la OMS.
“Doy las gracias a todos los liberianos por sus esfuerzos. Cuando se declaró la epidemia de ébola estábamos perplejos. Llamamos a nuestros profesionales y pusieron lo mejor de sí mismos en la lucha”, afirmó.
La OMS recordó que no se puede bajar la guardia y que Sierra Leona y Guinea, los dos países vecinos que junto a Liberia han sido los más afectados por el brote del virus, siguen padeciendo la enfermedad, ahora en retroceso.
Desde su aparición en el sur de Guinea, en diciembre de 2013, el virus ha dejado más de 11.000 muertos de un total de 26.500 casos, principalmente en estos tres países del oeste de África.
Otros seis países tuvieron que hacer frente a uno o varios casos de Ébola importados de los tres Estados más afectados: Mali, Nigeria, Senegal, España, Gran Bretaña y Estados Unidos.
Para Liberia, el anuncio del fin oficial de la propagación supone el epílogo de más de un año de sufrimientos, frustraciones y sacrificios inhumanos, cuando el país aún se recuperaba de 14 años de guerras civiles (1989-2003) , que causaron 250.000 muertos y el derrumbe del Estado.
En lo peor de la epidemia, periodistas de la AFP asistieron a escenas apocalípticas: enfermos rechazados en centros médicos saturados, cadáveres incinerados por decenas, regiones enteras sometidas a cuarentena. Y, en ese contexto, muchas familias tuvieron que encerrarse en sus casas, sin víveres, sin agua, tal como ocurrió en agosto de 2014 en Ballajá, cerca de la frontera con Sierra Leona.