“En apoyo al pueblo palestino, el sultanato de Omán decidió abrir una misión diplomática con rango de embajada en el Estado de Palestina”, indicó el ministerio de Relaciones Exteriores en un comunicado en Twitter.
De este modo, Omán será el primer país del Golfo en abrir una embajada en Ramala.
“Aplaudimos la apertura de embajadas por aquellos que reconocen Palestina como Estado”, declaró en Ramala Hanane Ashraui, consejera del presidente Mahmud Abas.
Pero “si esto conlleva un precio político, habrá consecuencias”, dijo a los periodistas.
Si la apertura de la legación comporta que el sultanato reconozca a Israel, “esto será totalmente inaceptable”, advirtió.
“La iniciativa de paz árabe estipula muy claramente que no puede darse un reconocimiento de Israel mientras que éste no se haya retirado de los Territorios ocupados. Nosotros damos por hecho que la embajada de Omán servirá únicamente para los palestinos”.
En cambio, el embajador palestino en Omán, Tayseer Farhat, calificó la decisión de “histórica”.
“Es una etapa importante y decisiva, sobre todo en el momento en el que la cuestión palestina está en una fase crítica”, declaró a la AFP. “Esto supone un apoyo moral y político”.
Omán no participa en la conferencia organizada en Baréin por Jared Kushner, consejero y yerno del presidente estadounidense Donald Trump.
La vertiente política de ese plan, que en principio será presentada en noviembre, tras las elecciones israelíes, descartaría que la salida al conflicto se base en la solución de los dos Estados, uno israelí y otro palestino, que la diplomacia estadounidense defendió vehementemente en otro tiempo.
A la administración Trump, la conferencia de Baréin le sirve también para fomentar un acercamiento entre los países árabes e Israel.
Paradójicamente, hasta la fecha, Omán parecía ser uno de los pocos países del Golfo en tener una relación avanzada con Israel. El sultán Qabus de Omán recibió en octubre de 2018 en Mascate al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
En febrero de ese mismo año, Yusuf Bin Alaui Bin Abdalá, ministro de Relaciones Exteriores de Omán, se convirtió en uno de los pocos responsables árabes que han visitado la Explanada de las Mezquitas, tercer lugar santo del islam, en Jerusalén Este, sector palestino de la ciudad, ocupado y anexionado por Israel.
Históricamente, los países árabes han impuesto la condición de que se solucione el conflicto antes de cualquier normalización de sus relaciones con Israel.
Con todo, tras décadas de hostilidad, en los últimos meses se produjeron varias señales de acercamiento.
Omán acogió discretamente unas discusiones secretas entre estadounidenses e iraníes, que condujeron a un acuerdo sobre el programa nuclear iraní en 2015.
El sultanato también mantiene contacto con las dos partes del conflicto en Yemen, lo que permitió la liberación de numerosos occidentales apresados por los insurgentes hutíes.