Agentes de civil intervinieron velozmente y arrestaron a medio centenar de opositores, entre ellos a Guillermo Fariñas, mientras policías uniformados separaban a ambos bandos antagónicos a la salida de la misa fúnebre en la iglesia del Salvador del Mundo en La Habana, cerca del hogar de Payá.
Una vez subidos por la fuerza a dos autobuses los opositores detenidos, la caravana fúnebre partió hacia el Cementerio de Colón, distante a unos cinco kilómetros, guardando silencio por petición de la viuda de Payá, Ofelia Acevedo.
“Gracias a todos, gracias a Dios por mi esposo y por el ejemplo que nos deja. Yo les pediría por favor que hicieran silencio, que siguieran con el silencio que nos han acompañado en estos momentos”, dijo Acevedo a los asistentes en el templo.
“Nos inspira y nos llena de esperanza y confianza el amor sin límites a Cuba de Oswaldo y de Harold (Cepero, el otro opositor muerto el domingo en el accidente de auto junto con Payá), un amor que les llevó a entregar sus vidas”, agregó la viuda en la iglesia, la misma donde Payá fundó en 1988 su Movimiento Cristiano Liberación (MCL).
Mientras un centenar de partidarios del régimen continuaban gritando loas a Fidel y Raúl Castro y a la revolución cubana, unas 200 personas, entre ellas integrantes de las Damas de Blanco, empezaron a caminar junto al vehículo fúnebre que transportaba el féretro hacia el cementerio.
Tanto Payá (2002), como Fariñas (2010) y las Damas de Blanco (2005) recibieron el Premio Sajarov del Parlamento Europeo por sus esfuerzos en favor de los derechos humanos y las libertades cívicas en la isla.
A su llegada al principal cementerio de La Habana, decenas de seguidores del Movimiento Cristiano Liberación (MCL, fundado por Payá) dieron el último adiós a su líder levantando sus manos y haciendo la L de libertad y la V de la victoria.
El féretro fue sepultado en un panteón familiar bajo el intenso sol del verano (boreal) , luego de una misa fúnebre a la que asistió la alta jerarquía católica cubana y se leyó un mensaje de condolencias del papa Benedicto XVI.
“Benedicto XVI le ruega hacer llegar a los familiares de los fallecidos su más sentido pésame y cercanía espiritual, a la vez que suplica al Todopoderoso el total restablecimiento de los que resultaron heridos”, dijo el mensaje del pontífice, leído por el cardenal Jaime Ortega.
A la misa también asistieron numerosos diplomáticos extranjeros, incluido el jefe de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, John Patrick Caulfield.
El ataúd del disidente fue cubierto de flores y una bandera cubana, mientras su hija, Rosa María Payá, decía desde el altar que hacía responsable al gobierno de Raúl Castro por la “integridad física” de su familia, que ha recibido amenazas durante años.
Dos hijos de Payá contradijeron la versión oficial del hecho y sostuvieron que el automóvil rentado en que viajaba su padre fue embestido en varias oportunidades por un camión, lo que provocó el accidente.
La opositora Comisión Cubana de Derechos Humanos, tolerada por el régimen, que no cuestiona la versión oficial del accidente, dijo que hubo medio centenar de detenidos en el funeral.
“Los detenidos son medio centenar, pero a algunos los han ido soltando”, dijo a la AFP el líder de la Comisión, Elizardo Sánchez, cuatro horas después del incidente.
Sin embargo, seis horas después de su arresto, Fariñas continuaba bajo custodia en un cuartel policial de La Habana, dijo su madre, Alicia Hernández, una enfermera jubilada.
“Me informaron que averiguaron que lo tenían en la estación de policía de (la avenida) Infanta. Sigue detenido todavía, hasta el momento no me ha llamado”, dijo Hernández a la AFP.