Escoltado por una larga caravana de vehículos y sobrevuelo de helicópteros, Obama llegó a las esclusas de Miraflores para apreciar los avances de las obras de ampliación de la centenaria vía interoceánica, antes de participar en la histórica VII Cumbre de las Américas, donde se encontrará con su par cubano Raúl Castro.
“Tuve la oportunidad más temprano de visitar el Canal de Panamá”, declaró Obama, y agregó que vio “el extraordinario progreso que se está haciendo” en el proyecto de ampliación.
El Canal de Panamá, que une al Altántico con el Pacífico y por donde pasa el 5% del comercio marítimo mundial, fue construido -tras fracasar los franceses- por Estados Unidos, que lo entregó en diciembre de 1999 a Panamá.
“Realmente es un símbolo del ingenio humano, pero también del papel central de Panamá en servir de puente de dos continentes y unir al hemisferio”, afirmó Obama, quien acudió a las esclusas con su consejera de Seguridad Nacional, Susan Rice.
Desde 2007 el Canal de Panamá se encuentra en fase de expansión para que buques de hasta 14.000 contenedores, el triple de su capacidad actual, puedan atravesar sus 80 kilómetros.
Antes de la inauguración de la Cumbre, Obama, quien llegó la noche del jueves a Panamá, ofrecerá en la mañana una rueda de prensa en el hotel donde se hospeda, en Playa Bonita, en las afueras de la ciudad, y sostendrá luego una reunión bilateral con el anfitrión, el mandatario panameño Juan Carlos Varela, y con los presidentes de Centroamérica en su conjunto.
La visita al Canal, donde fue recibido por el ministro de Asuntos del Canal, Roberto Roy, y el administrador de la vía, Jorge Luis Quijano, fue la primera actividad pública de Obama en Panamá, antes de su esperado encuentro con Raúl Castro, el primero de un presidente estadounidense y uno cubano en más de medio siglo de hostilidades entre los dos países.
El último mandatario estadounidense que visitó el Canal de Panamá fue George Bush en 2005.