La FDA, la agencia federal que regula los alimentos y medicamentos en Estados Unidos, no dijo cuántas personas corren riesgo de contraer meningitis, de la cual ya se registraron 205 casos (incluyendo 15 muertes) en 14 estados, tras detectarse dos nuevos fármacos también vinculados a esa enfermedad.
El organismo instó a los médicos a comunicarse con los pacientes que recibieron medicamentos producidos por la farmacia New England Compounding Center (NECC), con sede en el estado de Massachusetts, para advertirles que corren riesgo de desarrollar esa infección lenta pero potencialmente mortal.
“En este punto de la investigación de la FDA, la esterilidad de toda droga inyectable... y de soluciones cardioplégicas” elaboradas por esa empresa generan “gran preocupación”, dijo la FDA en un comunicado.
La firma NECC retiró todos sus productos el 6 de octubre después de que decenas de personas resultaran infectadas con meningitis tras recibir inyecciones de esteroides.
Funcionarios de salud en 23 estados buscaron a las casi 14.000 personas que recibieron las dosis potencialmente contaminadas en los últimos meses para advertirles del peligro.
El largo período de incubación de la enfermedad ha complicado los esfuerzos: los pacientes no presentan síntomas hasta 42 días después de recibir una inyección contaminada.
Dos pacientes trasplantados que recibieron una solución producida por NECC, que induce a la parálisis del músculo cardíaco durante una cirugía a corazón abierto, desarrollaron posteriormente esta meningitis fúngica rara, dijo la FDA.
Otro paciente que recibió una inyección de esteroides de otro tipo también desarrolló esta infección, que inflama las membranas que protegen el cerebro y la columna vertebral.
La FDA advirtió que “no ha confirmado que estas tres infecciones sean, de hecho, causadas por un producto de NECC”.
“La investigación de estos pacientes está en curso, y puede haber otras explicaciones para la infección por Aspergillus”, dijo la FDA en un comunicado.
El brote motivó llamados a una regulación más estricta de la industria de compuestos farmacéuticos, que tiene controles más laxos que los laboratorios.
Los críticos dicen que los fabricantes de medicamentos han encontrado una manera de eludir la estricta y costosa supervisión clasificándose como farmacias, lo cual les da más libertad para mezclar compuestos farmacológicos para los pacientes.