El ataque ocurrió durante la mañana en la ciudad de Karachi, en el sur de Pakistán, cuando una docena de hombres armados en moto abrieron fuego contra un autobús que provenía de “un centro de la comunidad ismailita”, que pertenece a la rama chií del islam, dijo a EFE un superintendente de la Policía de Karachi, Afzal Nadeem Dogar.
“Se trata de un ataque de carácter sectario”, sentenció el agente, que concretó que, además de los fallecidos, resultaron heridas otras 13 personas, entre ellas varios niños. Según Dogar, el cobrador del autobús y una mujer resultaron ilesos y los atacantes se dieron a la fuga. Una fuente policial no identificada aclaró al diario paquistaní Express Tribune que el autobús tenía capacidad para 52 pasajeros, pero se encontraba sobrecargado.
Los heridos fueron trasladados a los hospitales más cercanos, donde se declaró la situación de emergencia. Rana M. Razzaq, coordinador de seguridad de uno de los centros médicos a los que fueron trasladadas las víctimas, el Memon, afirmó al diario local Dawn que “ una chica joven ” y otras “tres o cuatro personas” que fueron llevadas al hospital sobrevivieron. “Los demás están todos muertos”, indicó.
El autobús procedía de una zona de viviendas en Karachi conocida como El Jardín de Al-Azhar, en la que residen miembros de la comunidad ismailita. Uno de sus residentes, que pidió el anonimato, aseguró a Efe que se han anunciado tres días de luto oficial en honor a las víctimas y que la comunidad ha pedido al Gobierno que aumente las medidas de seguridad.
“Nunca dañamos a nadie. Somos una comunidad pacífica, ¿por qué nos atacan? Ahora se hará muy difícil vivir aquí. El autobús (atacado) suele llevar a la gente al trabajo y luego la trae. Hacía su ruta diaria”, aseguró la fuente. De acuerdo con testigos del ataque citados por medios locales, los asaltantes rodearon el autobús y lo tirotearon y después algunos de los terroristas entraron en el vehículo para rematar a los pasajeros que habían quedado con vida.
La fuente anónima dijo que, según el testimonio de algunos supervivientes, los atacantes vestían “uniformes de la Policía”. El Gobierno paquistaní de Nawaz Sharif condenó el ataque en un comunicado. “El primer ministro condenó de manera rotunda el acto terrorista en Karachi. Anunció que se investigará el incidente y extendió sus más sentidas condolencias por la pérdida de vidas humanas”, se indica en la nota del Ejecutivo.
Qaim Ali Shah, jefe de Gobierno de la provincia de Sindh, cuya capital es Karachi, anunció ayudas de 500.000 rupias (unos 4.900 dólares) para los familiares de los fallecidos y 200.000 rupias (unos 2.000 dólares) para los allegados de los heridos. “Este ataque fue planeado por terroristas. Esperemos que sean atrapados”, señaló Shah, según recoge la televisión paquistaní Geo.
El ataque de hoy se suma a los perpetrados contra varias mezquitas chiíes a comienzos de este año, entre ellas una en Shikarpur, también en el sur de Pakistán, en el que murieron 55 personas y otro medio centenar resultaron heridas. Los atentados de carácter sectario en Pakistán, en especial contra la minoría chií, que representa un 20% de la población del país, se han incrementado en los últimos años en medio del recrudecimiento general de la violencia terrorista desde finales de 2012.
En junio de 2013, un atentado en Queta (oeste) cerca de un centro de rezo chií causó la muerte a 30 personas y heridas a otras 60, mientras que a principios de 2014, tres matanzas en barrios chiíes de las ciudades de Quetta y Karachi causaron más de 250 muertos.