Cargando...
El 25 de marzo pasado un terremoto de 7,8 grados de magnitud en la escala de Richter provocó más de 8.600 muertos, cerca de 20 mil heridos y la destrucción de medio millón de edificios y viviendas. Unos 200 nepaleses se reunieron hoy en la capital sobre los escombros de la torre de Dharahara, del siglo XIX, que se cayó, entonaron el himno nacional e hicieron un minuto de silencio por las víctimas.
También hubo banderas nacionales y decenas de velas encendidas en homenaje a los seres queridos, con el reclamo de que el gobierno y la comunidad internacional puedan aliviar lo antes posible los sufrimientos de la población.
El país vive una carrera contra el tiempo ante la inminente llegada de la época de los vientos monzones y las consiguientes lluvias, en medio de un escenario precario para los miles que perdieron sus techos.
Además de que se suceden las réplicas de 4 grados de magnitud, muy inferiores a la del 25 de marzo pero igual de peligrosas habida cuenta de las numerosas construcciones congrietas y dañadas que aún siguen en pie. Jamie McGoldrick, coordinador de la ayuda humanitaria de la ONU en Nepal, lanzó un nuevo llamado para movilizar la ayuda internacional que posibilite la reconstrucción del país.
El funcionario de la ONU dijo que hasta ahora hubo “una contribución sustanciosa pero insuficiente” de la comunidad mundial, ya que hasta hoy se recibieron sólo 92,4 millones dedólares, o sea el 22% de los 423 prometidos en respuesta a la ayuda humanitaria que se requiere.