Negocios entre amigos de Putin y secretario de Comercio de EE.UU.

El miembro del gabinete de Trump mantiene una participación en una compañía que provee servicios de transporte marítimo al yerno de Putin y a otros oligarcas sancionados. 

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El secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur L. Ross Jr., tiene una participación en una compañía naviera que recibe millones de dólares al año en ganancias de una empresa cuyos principales dueños incluyen el yerno del presidente ruso Vladimir Putin y un magnate ruso sancionado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos por ser miembro del círculo de allegados a Putin. 

Ross, un millonario inversionista de capital privado, vendió la mayor parte de los activos de su empresa antes de unirse al gabinete del presidente Donald Trump en febrero, pero mantuvo una participación en la compañía naviera Navigator Holdings Ltd., la cual está establecida en las Islas Marshall en el Pacífico Sur. Las entidades offshore en las que Ross y otros inversionistas mantienen una participación financiera controlaban el 31,5% de la compañía en 2016, según el más reciente informe anual de Navigator. 

Entre los principales clientes de Navigator, con una contribución de más de 68 millones de dólares en ingresos desde 2014, se encuentra la compañía gasera y petroquímica con sede en Moscú, Sibur. Dos de sus principales propietarios son Kirill Shamalov, quien está casado con la hija menor de Putin, y Gennady Timchenko, el oligarca sancionado cuyas actividades en el sector de la energía estaban “directamente vinculadas a Putin”, según el Departamento del Tesoro. 

Otro poderoso propietario es el mayor accionista de Sibur, Leonid Mikhelson, quién controla una compañía energética que también fue sancionada por el Departamento del Tesoro por apoyar el gobierno de Putin. 

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Como secretario de Comercio, Ross tiene una autoridad directa sobre las políticas de comercio y manufactura y es una voz influyente en el gobierno sobre prácticamente cualquier aspecto de la relación económica de Estados Unidos con otros países, incluida Rusia. En los últimos años, las tensiones entre Estados Unidos y Rusia se han intensificado, y Estados Unidos ha impuesto sanciones contra Rusia después de la invasión de Crimea en 2014 y su interferencia en la elección presidencial de 2016. 

Después de la elección, las investigaciones realizadas por el congreso y el Departamento de Justicia de Estados Unidos han explorado posibles relaciones comerciales entre Rusia y los miembros de la administración del presidente Trump. Aunque varios asociados de negocios y de la campaña de Trump han sido investigados, hasta ahora no se han reportado conexiones empresariales entre altos funcionarios de la administración Trump y miembros de la familia de Putin o su círculo de allegados. 

Durante su proceso de confirmación, a Ross se le preguntó en repetidas ocasiones acerca de sus relaciones comerciales con Rusia, sobre todo en relación con su antigua función como vicepresidente del Banco de Chipre, que tiene un largo historial de financiamiento de oligarcas rusos. “El Senado de los Estados Unidos y el público estadounidense merecen conocer el alcance total de sus conexiones con Rusia y su conocimiento de los vínculos entre la administración Trump, la campaña de Trump, o la Organización Trump y el Banco de Chipre”, le escribió un grupo de cinco senadores demócratas a Ross después de la audiencia, pero antes de su confirmación. Ross respondió brevemente a una pregunta enviada para la audiencia, diciendo que los rusos que invertían en el banco “no eran mis socios”, pero no respondió a la carta de los senadores. 

También se le preguntó acerca de sus tenencias en la industria naviera y si éstas podrían plantear un conflicto de intereses con sus deberes como secretario de Comercio. Pero no enfrentó a ninguna pregunta acerca de Navigator, en la que alguna vez fue presidente de la junta, y su relación con Sibur.

Sibur es “una empresa con conexiones clientelistas”, dijo Daniel Fried, un experto en Rusia que ocupó altos cargos del Departamento de Estado tanto en administraciones republicanas como demócratas. “¿Por qué algún funcionario del gobierno de Estados Unidos tiene alguna relación con un compinche de Putin?”. 

Otro de los principales clientes de Navigator es PDVSA, la petrolera estatal venezolana propiedad del régimen autoritario de Nicolás Maduro. La administración Trump sancionó a un ejecutivo actual y a un exejecutivo de PDVSA en julio de 2017, y a la propia empresa el mes siguiente. 

La conexión comercial indirecta del secretario de Comercio con el yerno de Putin y los aliados oligarcas surge a partir de un examen de los registros públicos y una fuga de millones de documentos financieros offshore del bufete Appleby en las Bermudas obtenidos por el diario alemán Süddeutsche Zeitung y compartidos con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación y su red global de socios mediáticos. Muestran el funcionamiento interno de Appleby desde la década de 1950 hasta 2016. Los archivos incluyen documentos de la división de servicios corporativos de Appleby, que se convirtió en independiente en 2016 bajo el nombre de Estera. 

Los archivos filtrados muestran una cadena de empresas y asociaciones en las Islas Caimán a través de las cuales Ross ha conservado su participación financiera en Navigator. 

El hecho de que las compañías de Ross en las Islas Caimán se beneficien de una empresa controlada por intermediarios de Putin plantea graves conflictos de intereses potenciales, dicen los expertos. Como secretario de Comercio, Ross tiene el poder para influir en el comercio, sanciones y otras medidas de Estados Unidos que podrían afectar a los propietarios de Sibur. Asimismo, los propietarios de Sibur, y a través de ellos, el propio Putin, podrían tener la capacidad de aumentar o disminuir el negocio de Sibur con Navigator incluso conforme Ross ayuda a orientar la política de Estados Unidos. 

Richard Painter, quien se desempeñó como principal abogado de ética durante la administración de George W. Bush, dijo que Ross podría tener que recusarse de una serie de decisiones sobre las sanciones. Añadió que, si bien no hubo violación inherente en las tenencias de Ross, el arreglo con Navigator requiere un análisis más detenido. 

“Aparte de esas cuestiones jurídicas, yo estaría muy preocupado de que alguien en el gobierno de Estados Unidos estuviera haciendo tratos con los rusos, y me gustaría conocer los hechos”, dijo Painter.  

Antes de unirse al gabinete de Trump, Ross, de 79 años de edad, era un titán en el mundo del capital privado, y reunía a inversionistas de todo el mundo para invertir dinero en empresas en dificultades, con la intención de volverlas rentables. Cuando todo iba bien, él y su empresa no sólo ganaban dinero de sus inversiones y honorarios de gestión, sino también de un sistema de compensación que les permite a los socios generales, que administran los fondos de capital privado, ganar el 20% de todos los beneficios que exceden determinado nivel. 

Muchos de los fondos de capital privado involucrados en estas inversiones fueron creados y administrados por Appleby, el bufete de abogados offshore con sede en Bermuda. Los archivos filtrados ofrecen un vistazo hacia cómo Appleby ayudó a su empresa, WL Ross & Co, LLC, a cosechar los beneficios de paraísos offshore, como las Islas Caimán, un territorio británico que permite niveles extraordinarios de secreto bancario y deja a empresas de papel dirigidas desde Nueva York y otros lugares operar allí libres de impuestos. En 2015, las Islas Caimán ocupaba el quinto lugar en las clasificaciones mundiales del Índice de Secreto Financiero. 

Crear fondos offshore organizados como sociedades anónimas puede ser un gran atractivo para algunos inversionistas, al permitirles crear organizaciones exentas de impuestos de Estados Unidos –incluidos enormes fondos de pensión y universidades muy ricas– para esquivar una regla el Servicio de Impuestos Internos que les obliga a pagar impuestos sobre los ingresos obtenidos con dinero prestado. También ayudan a atraer a los inversionistas no estadounidenses porque sus nombres no se les revelan a las autoridades fiscales en Estados Unidos. 

Los socios generales en un fondo de capital privado offshore disfrutan de generosas exenciones de impuestos en Estados Unidos, incluyendo la posibilidad de contar la mayor proporción de sus ingresos provenientes del fondo como ganancias de capital a largo plazo, en lugar de ingresos ordinarios. Esto les permite a los gestores de fondos más ricos reducir sus impuestos sobre esos ingresos de la tasa impositiva máxima en Estados Unidos, del 39,6%, al 20%. 

Cuando fue nombrado secretario de comercio, Ross presentó un acuerdo con la Oficina de Ética Gubernamental federal que decía que tenía la intención de desprenderse de 80 empresas y asociaciones, pero mantendría una participación en otras nueve que tenían activos en “la financiación inmobiliaria y el crédito hipotecario” y “el embarque transoceánico”. Los activos no se especificaron. Aunque había vendido WL Ross & Co. a Invesco en 2006, permaneció activo como presidente y director general hasta renunciar para unirse al gabinete. 

Su formulario de divulgación de información financiera, también presentado ante la Oficina de Ética Gubernamental, tiene 57 páginas e incluye una larga lista bajo el epígrafe “Activos de empleo y Cuentas de ingresos y jubilación”. Esta lista se divide en secciones que listan activos que parecen ser propiedad de cada una de las compañías de Ross, detallando hasta siete capas de entidades entre Ross y los activos que posee. 

Enterradas en una multitud de subsecciones aparecen cuatro entidades de las Islas Caimán nombradas crípticamente que se encuentran entre las que dijo mantener: WLR Recovery Associates IV DSS AIV, GP; WLR Recovery Associates IV DSS AIV, LP; WLR Recovery Associates V DSS AIV, GP y WLR Recovery Associates V DSS AIV, LP. Las cuatro compañías son administradas por el bufete de abogados Appleby. “Navigator Holdings” figura entre los activos que poseen estas empresas, pero, en consonancia con el formato del formulario de divulgación, no se proporcionan detalles sobre la empresa ni su relación con Sibur. 

La complejidad de las estructuras offshore agrega una distancia legal y de reputación y oscurece el alcance total de las relaciones comerciales de Ross incluso cuando le permiten sacar provecho de ellas, de acuerdo con expertos en impuestos y ética consultados por ICIJ. 

La divulgación de Ross valora su participación actual combinada en las entidades offshore que poseen acciones de Navigator entre 2,05 millones y 10,1 millones de dólares. Pero no queda claro cuáles son sus tenencias totales porque no listó un valor para una de las cuatro entidades que retuvo. No es evidente por qué o si realmente se omitió un valor. Su participación representa una fracción de la participación total del 31,5% de las entidades en Navigator, que, basado en el precio de mercado de la firma al 30 de octubre de 2017, vale aproximadamente 179 millones de dólares.

El valor de la inversión de Ross podría cambiar sustancialmente para el momento en que se liquiden los fondos que mantienen las acciones de Navigator, y en eso él tiene una ventaja significativa. Si los fondos se desempeñan lo suficientemente bien, las asociaciones generales en las que él ha invertido podrían recibir el 20% de las ganancias de todos los fondos. 

Además, Ross ha reportado a Forbes miles de millones en activos que no aparecieron en sus formas de divulgación del gobierno, sobre lo cual más tarde le dijo a la revista que los ha puesto en fideicomisos que benefician a sus familiares. 

“Los requisitos de divulgación no se escribieron pensando en Wilbur Ross”, dijo Kathleen Clark, una profesora de derecho de la Universidad de Washington que es experta en ética del gobierno, “y no creo que le brinden adecuadamente al público o a un funcionario de ética del gobierno una idea de la gran variedad de intereses financieros que él tiene”. 

Ross comenzó a invertir en Navigator en 2011, cuando WL Ross & Co. adquirió una participación del 19,4%, y a la firma se le concedieron dos puestos en su junta, uno de los cuales lo ocupó Ross a principios del siguiente año. Unos meses más tarde, con la aprobación de un juez del tribunal de quiebras, WL Ross adquirió un bloque de acciones de la firma de servicios financieros en bancarrota Lehman Brothers, convirtiéndose en accionista mayoritario de Navigator.

 En noviembre de 2013, Navigator salió a bolsa. Las acciones que WL Ross había comprado a aproximadamente 8 dólares cada una fueron puestas en el mercado a 19 dólares. Después, Ross se jactó en una conferencia para inversionistas navieros de que la inversión había sido “un jonrón”. 

Ross renunció a la junta de Navigator el año después de que se convirtió en vicepresidente del Banco de Chipre, el cual estaba en aprietos, y cuyas relaciones con los oligarcas rusos eran bien conocidas. Su puesto en la junta de Navigator fue ocupado por Wendy Teramoto, directora gerente y socia de WL Ross & Co., quien renunció en 2017 para convertirse en jefe de personal de Ross en el Departamento de Comercio. 

Aproximadamente al mismo tiempo que comenzó a vender acciones al público, Navigator entabló una relación con Sibur y fletó exclusivamente dos cargueros de gas licuado de petróleo (GLP) para transportar las crecientes exportaciones de GLP de Sibur a Europa. 

Al igual que muchas compañías energéticas rusas, Sibur fue creada por el estado ruso. Fundada en 1995, la firma produce productos petroquímicos incluyendo el GLP, el cual contiene propano y butano y se utiliza para los aparatos de calefacción, los equipos de cocina y algunos vehículos de motor. Sibur fue adquirida varios años más tarde por la compañía de gas estatal Gazprom. En 2010, Gazprom les vendió Sibur a Timchenko y Mikhelson. 

Amos Hochstein, el principal diplomático en temas de energía de Estados Unidos durante la administración Obama, dijo que las trayectorias de Mikhelson y Timchenko eran típicas de los magnates energéticos rusos que se han enriquecido bajo la corrupción pública y el capitalismo clientelista que son sellos distintivos del largo mandato de Putin. 

“No estamos hablando de John D. Rockefeller”, dijo Hochstein. “Se volvieron cercanos a Putin, leales a Putin, consiguieron bienes del estado y se enriquecieron”. 

El gobierno ruso continúa favoreciendo a Sibur. En 2013, un programa del gobierno ayudó a construir la terminal de 700 millones de dólares de Sibur en Ust-Luga, el puerto Báltico donde los barcos de Navigator recogen sus exportaciones de GLP, por considerarlo “un proyecto de importancia nacional”. 

Después de la invasión rusa al territorio ucraniano de Crimea, Estados Unidos y otras naciones occidentales impusieron sanciones económicas a los aliados clave de Putin, incluyendo el segundo accionista más importante de Sibur, Timchenko. Unos meses más tarde, Estados Unidos les prohibió a los bancos proporcionarle financiamiento a largo plazo a una compañía de gas perteneciente al mayor accionista de Sibur, Mikhelson.

Sibur como tal no fue el objeto de esta medida, pero los bancos occidentales, incluyendo el Banco de América y el Banco Real de Escocia, rechazaron otorgarle préstamos a la compañía, según informes noticiosos. 

Nuevamente el gobierno ruso intervino para ayudar. En mayo de 2014, un consorcio liderado por un banco estatal afiliado a la compañía de energía Gazprom y un fondo de inversión estatal compraron la terminal Ust-Luga de Sibur y se comprometieron a expandir la capacidad de exportación mientras le permitían a Sibur seguir siendo el único exportador de la terminal de GLP. 

En setiembre de 2014, con el aumento de la presión de las sanciones, Timchenko vendió una participación del 17% en Sibur a Shamalov, aumentando la participación del yerno de Putin a más del 20% de la compañía. La compra realizada por este hombre de 32 años de edad fue financiada por un préstamo de 1,300 millones de dólares concedido por el banco estatal Gazprombank. Shamalov más tarde vendió parte de su participación a otros inversionistas, reduciendo su interés al 3,9% para abril de 2017, pero permaneciendo en la junta directiva de Sibur. No se pudieron determinar los beneficios o pérdidas del yerno de Putin en las transacciones. 

“Cuando empiezas a hacer negocios con compañías energéticas rusas como Gazprom y Sibur, no solo te acuestas con la compañía”, dijo Hochstein, el ex coordinador de política energética del Departamento de Estado. “Te acuestas con el estado ruso”. 

En 2014, Appleby se deshizo de Mikhelson como cliente, al declinar administrar una compañía para manejar su jet privado debido a las sanciones contra sus negocios, según los registros filtrados. 

A pesar de esta crisis, la relación entre Navigator y Sibur siguió prosperando. De 2014 a 2015, los ingresos de la naviera procedentes de Sibur se dispararon del 5,3% (16,2 millones de dólares) al 9,1% (28,7 millones de dólares) de los ingresos totales, haciendo de la empresa uno de los cinco mejores clientes de Navigator, según las presentaciones ante la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos, antes de bajar al 7,9% (23,2 millones de dólares) en ingresos el año pasado. Este año, Navigator duplicó la flota dedicada a las exportaciones de Sibur, adquiriendo dos nuevos buques y fletándoselos a la compañía rusa de energía. Los buques fueron nombrados Navigator Luga y Navigator Yauza, ambos nombres de ríos rusos. 

En una conferencia telefónica con los inversionistas en 2016, el director ejecutivo de Navigator David Butters dijo que su compañía se beneficiaba conforme Sibur incursionaba en el mercado energético europeo frente a sus competidores estadounidenses. 

“Rusia está enviando tanto gas natural como sea necesario a Europa, y los líquidos se envían a todas las áreas del continente en cantidades crecientes, todo en competencia con las exportaciones estadounidenses a mayor distancia”, dijo Butters. 

El 30 de noviembre de 2016, horas después de ser nominado como secretario de Comercio, Ross celebró en Gramercy Tavern, un elegante restaurante de Manhattan, en un evento organizado por Navigator Holdings. Según Bloomberg BusinessWeek, él y Butters llegaron temprano a la habitación privada con candelabros y tuvieron una conversación. 

Según Bloomberg, Butters recuerda que Ross le dijo: “Tus intereses coinciden con los míos”. “La economía de Estados Unidos crecerá y Navigator se beneficiará”. 

Butters le dijo a Bloomberg que, conforme llegaban otros invitados y se disponían a comer róbalo en salsa de jerez y tarta de peras, se turnaban para felicitar a Ross. “Era como 'ahora tenemos la posibilidad' –le dijo Butters a Bloomberg–. Tenemos la posibilidad de marcar algunas diferencias”. 

Ross, hijo de un abogado convertido en juez y una maestra de escuela, creció en los suburbios de Nueva Jersey, y se graduó de Yale y Harvard Business School. A finales de la década de 1970, se unió a la firma bancaria británica de inversiones Rothschild Group, y eventualmente llegó a encabezar la práctica de asesoría sobre quiebras de la firma. Conoció a Donald Trump en 1990, cuando el casino Taj Mahal del futuro presidente en Atlantic City estaba sufriendo problemas financieros, y Ross representaba a un grupo de tenedores de bonos. Ross diseñó un acuerdo que preservaba una participación para Trump en la compañía, presuntamente diciéndoles a los descontentos tenedores de bonos que el nombre Trump era “todavía un buen activo”. Fue una ayuda bien recibida por el futuro presidente. 

En la década de 1990, el presidente Bill Clinton nominó a Ross para la Junta del Fondo de Inversiones entre Estados Unidos y Rusia, establecido por el gobierno de Estados Unidos para hacer inversiones y promover los intereses comerciales estadounidenses en Rusia.

En el año 2000, Ross fundó WL Ross & Co., LLC, una firma de capital privado con sede en Nueva York que reúne dinero de inversionistas en fondos que invierten en empresas en apuros con el objetivo de cambiarles el rumbo y venderlas para obtener ganancias. La nueva firma prosperó rápidamente. Diseñó la compra de productores de acero estadounidenses en bancarrota, luego cosechó enormes beneficios cuando la administración Bush impuso un arancel del 30% sobre las importaciones de acero en marzo de 2002. 

Su recién formado International Steel Group salió a bolsa al año siguiente y fue adquirido por el gigante de Luxemburgo ArcelorMittal en 2005. La firma de Ross continuó invirtiendo en otras industrias estadounidenses en apuros, incluyendo los textiles en el sur y el carbón en los Apalaches. El propio Ross se ganó una reputación como financiero que insuflaba vida a las industrias que otros habían dado por muertas. 

Pero sus prácticas comerciales también han provocado críticas por trasladar empleos estadounidenses al extranjero para mejorar las ganancias. Un análisis de Reuters de las estadísticas del Departamento de Trabajo de Estados Unidos encontró que las adquisiciones de Ross resultaron en la pérdida de 2.700 empleos estadounidenses en autopartes, finanzas hipotecarias y la industria textil al cambiar la producción al extranjero, beneficiándose, entre otros, México, India, China y Nicaragua. 

Su firma de capital privado también ha violado las regulaciones de valores que exigen una divulgación completa y franca en el trato con los inversionistas. En agosto de 2016, la SEC anunció una acción coercitiva contra WL Ross & Co. por cobrarles de más a los inversionistas por comisiones de gestión al cambiar la fórmula para calcular las tarifas sin informarles. Sin admitir o negar malas acciones, WL Ross aceptó reembolsarles 10,4 millones de dólares a los inversionistas y 2,3 millones más en penas civiles. 

A través de los años, Ross ha subido a las filas de los individuos más ricos de Estados Unidos, con una fortuna que Forbes estimó en septiembre de 2017 en 2.500 millones de dólares, y ha vivido acorde con ello. Él y su esposa poseen una villa en Palm Beach muy cerca del complejo Mar-a-Lago de Trump en la Florida, otra casa en Southampton, N.Y., y una tercera casa en Manhattan. También poseen una colección de arte con un valor que Bloomberg ha estimado en 250 millones de dólares, incluyendo una colección del pintor surrealista René Magritte valorada en 100 millones. Ross fue también líder –conocido como Gran Swipe– de una fraternidad secreta de Wall Street llamada Kappa Beta Phi y en 2012 presidió una ceremonia anual en la que los iniciados realizaron las rutinas de canto y baile vestidos de mujer durante un banquete con cordero y foie gras en un hotel de Manhattan. 

Ross le ha restado importancia a la idea de que los más ricos tienen ventajas injustas, argumentando en 2014 que “al 1% lo están criticando por razones políticas”. Y agregó, “la educación es la forma en que la gente sale del gueto y llega al, si no el 1 por ciento, algo cercano a ello”. 

Trump dijo que nominó a Ross porque admira su riqueza y su ímpetu feroz. “Me gustaría poner a un tipo que fracasó toda su vida, pero no queremos eso, ¿verdad?”. Dijo Trump en un mitin en Ohio después de su victoria en las elecciones. “Pues no, puse a alguien formidable”. 

A medida que se expandió, WL Ross & Co. estableció un número cada vez mayor de entidades en paraísos fiscales offshore, muchos en las Islas Caimán. El territorio británico en el Caribe no impone ningún impuesto corporativo o de renta sobre el dinero ganado fuera de la jurisdicción y requiere poca divulgación de la propiedad corporativa. Esto ha hecho de las Islas Caimán un destino popular con los gestores de capital privado de Estados Unidos para establecer sus fondos. 

Appleby ha sido un importante asesor y proveedor de servicios. El bufete de abogados offshore ha administrado más de 50 empresas en las Islas Caimán para WL Ross & Co., según muestran los registros del bufete de abogados. Por ejemplo, en 2005, WL Ross & Co. adquirió la compañía alemana de coches ferroviarios y logística VTG, que se expandió más adelante hacia Rusia y Europa del Este. Los archivos de Appleby incluyen un grupo de cinco compañías de las Islas Caimán cuyos nombres incluyen “Euro Wagon” que se utilizaron para mantener y gestionar las acciones de VTG. 

Appleby cortejó a los ejecutivos de WL Ross & Co. en eventos que celebró, incluyendo en el Abierto de Estados Unidos de tenis, y los empleados se felicitaban mutuamente a medida que crecían las tenencias de la compañía. El bufete de abogados redujo los requisitos de diligencia debida para las empresas relacionadas con Ross, designándolas de bajo riesgo y elegible para un menor escrutinio bajo las leyes de las Islas Caimán que regulan la responsabilidad de los bufetes de abogados de investigar a los clientes. “Esto es absolutamente fantástico, Sabine”, escribió el abogado de Appleby Matthew Taber, cuando la oficial de cumplimiento Sabine Calvetti dio las noticias. “100% acertado y un gran trabajo”. 

En 2014, el grupo de Ross era uno de los 20 mejores clientes de Appleby según el número de compañías administradas. 

Los archivos de Appleby muestran que las cuatro compañías que Ross mantuvo se encuentran en dos cadenas paralelas de propiedad, con el mismo Ross en la cima. Según los registros de Appleby, Ross es accionista y fue director de dos empresas establecidas en julio de 2011 como socios generales para controlar otras dos entidades de WL Ross & Co que invirtieron en la industria naviera, que, a su vez, controlan dos fondos del WL Ross Group. 

Estos fondos invirtieron en varias compañías navieras, incluida Navigator, de acuerdo con las presentaciones de la SEC y las divulgaciones de ética de Ross. 

En total, la antigua firma de Ross, WL Ross & Co., es la mayor accionista de Navigator, al poseer un 39.4% de Navigator a través de las compañías que controla. Cuando se convirtió en secretario de comercio, Ross mantuvo su interés financiero personal en algunas de las entidades de WL Ross, pero renunció a gestionarlas. Aquellas en las que mantuvo una participación, que también incluyen otros inversionistas, poseen una parte sustancial de la participación más grande con el 31.5% de las acciones de la compañía naviera. 

La ley de ética federal les exige a los funcionarios que se recusen de cuestiones que puedan tener un efecto “directo y previsible” en los intereses financieros del funcionario o de su familia o si el funcionario tiene una estrecha relación que pudiera provocar que una persona razonable ponga en duda la imparcialidad del funcionario. 

Durante las audiencias de confirmación, Ross trató de tranquilizar a los senadores de que iba a evitar cualquier conflicto de intereses entre sus participaciones empresariales y su puesto en el gabinete. “Tengo la intención de ser muy escrupuloso con las recusaciones y con cualquier tema donde exista la más mínima duda”, dijo. 

 

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