La pequeña Emilia nació la pasada semana, en término, con 2,5 kilos de peso, y por cesárea “debido a que estaba en mala posición más que por la situación cardíaca de la mamá”, apuntó Leguizamón, Jefe de la Unidad de Embarazo de Alto Riesgo del Centro de Educación Médica e Investigaciones Clínicas (CEMIC).
La madre, Juliana Finondo, de 39 años, recibió un trasplante de corazón hace 13 años y apenas tenía un 25 por ciento de probabilidades de conseguir quedarse embarazada cuando decidió someterse a un proceso de fertilización asistida de alta complejidad.
Los especialistas han documentado numerosos casos de mujeres trasplantadas que han dado a luz, como los alrededor de 50 registrados en Estados Unidos, pero en todas las ocasiones se trató de embarazos espontáneos.
“Lo que es novedoso en Argentina y el resto del mundo es la llegada a buen término de un embarazo logrado con técnicas de fertilización asistida de alta complejidad en una mujer trasplantada del corazón”, señaló Leguizamón.
El proceso, agregó el especialista, ha sido resultado de la colaboración interdisciplinar de distintos expertos para reducir los riesgos al mínimo y lograr que el embarazo culminara con éxito.
Para facilitar el proceso, los médicos modificaron la medicación que toma habitualmente Juliana por su enfermedad cardiaca y la sometieron a un tratamiento hormonal ajustado a su situación para evitar que pudiera afectar al bombeo de su corazón.
Llevar adelante un embarazo, precisó Leguizamón, “siempre conlleva algún tipo de riesgo” por eso es una decisión que se tiene que tomar con mayor información posible.
Un planteamiento compartido por Juliana, convencida de que, para dar el paso de la maternidad en un caso como el suyo, “todo debe estar planeado y consensuado con los especialistas”.
Después de su experiencia, “les digo a otras mujeres en mi situación que es posible quedar embarazada si todo se hace a conciencia y con los profesionales adecuados", apuntó Juliana al diario “ La Nación ”.
La Unidad de Embarazo de Embarazos de Alto Riesgo del CEMIC atiende a unas 250 pacientes por semana con problemas muy diversos, entre ellos cardiacos y que en un porcentaje que va del 85 al 87 consiguen llevar a buen términos sus embarazos.