La Autoridad nipona de Regulación Nuclear ha dado luz verde a esta iniciativa tras descartar que tenga un impacto negativo significativo sobre los cauces de las aguas subterráneas y sobre la configuración del subsuelo bajo la central, según informó hoy la agencia Kyodo.
“Hoy hemos confirmado que la posible escala del hundimiento del terreno no sería muy importante, y esto era el efecto secundario que más temíamos de la construcción del muro”, señaló uno de los expertos de este organismo, Toyoshi Fuketa, en declaraciones al mismo medio.
No obstante, este organismo señaló que aún hay puntos del proyecto que deben ser aclarados, como la medición precisa del nivel del agua radiactiva acumulada en los edificios de los reactores.
El muro de hielo se construirá insertando una línea de tuberías a una profundidad de unos 30 metros a través de las cuales se inyectará un refrigerante a una temperatura de menos 40 grados, lo que resultará en una congelación de los acuíferos subterráneos en contacto con las canalizaciones.
La barrera helada tendrá una longitud de 1,5 kilómetros y rodeará los reactores 1 a 4, con el objetivo de evitar que el líquido altamente radiactivo acumulado en los sótanos de las instalaciones nucleares se filtre hacia el exterior y se mezcle con el agua de los cauces subterráneos de los alrededores.
Anteriormente se habían construido barreras subterráneas del mismo tipo en proyectos de ingeniería civil como la construcción de líneas de metro, pero nunca con una longitud tan grande ni durante un período de tiempo extendido.
La medida está financiada por el Ejecutivo nipón y se puso en marcha en fase de pruebas desde finales de febrero, aunque hasta ahora no contaba con la autorización definitiva de las autoridades niponas.
Debido a los problemas para contener y gestionar los enormes volúmenes de agua contaminada en la planta, el Gobierno nipón anunció en agosto que se involucraría para ayudar a TEPCO a resolver la situación y que invertiría en total 47.000 millones de yenes (334 millones de euros) en este pro
Se cree que unas 300 toneladas de agua contaminada van a parar a diario al océano Pacífico frente al muelle de la planta.
Esto es producto de la acumulación que se registra en los sótanos de los reactores de agua de cauces naturales que penetra en los edificios y se mezcla con líquido refrigerante que ha estado en contacto con los reactores dañados.