Murió Ronnie Biggs, autor del robo al tren de Glasgow

LONDRES. El atracador más conocido de la banda que asaltó al tren postal Glasgow-Londres, el británico Ronnie Biggs, falleció a los 84 años de edad, tras varias apoplejías y poco después del 50º aniversario del célebre robo.

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Biggs, quien ya no podía hablar y estaba recibiendo atención médica, tras haber sufrido varias apoplejías en los últimos años, falleció en las primeras horas del miércoles, según la prensa. Su deceso fue confirmado por el ministerio de Justicia.

Poco antes del 50º aniversario del asalto, Ronnie Biggs había declarado: “Si me quieren preguntar si lamento haber participado en el golpe, mi respuesta es no”. Sin embargo, afirmaba lamentar los golpes propinados al conductor del tren, Jack Mills, quien nunca se recuperó y murió años después.

La AFP no logró tomar contacto con Michael Biggs, el hijo que tuvo Ronnie Biggs con una brasileña, pero su contestador telefónico indicaba: “Par motivos obvios, no contestaré muchas llamadas en el día de hoy”.

En la noche del 7 al 8 de agosto de 1963, el conductor de un tren postal, que efectuaba el recorrido entre la ciudad escocesa de Glasgow y la estación londinense de Euston, se detuvo en un punto aislado a la altura de Ledburn, al noroeste de Londres. Una señal roja en la vía le había ordenado detenerse, pero era un engaño.

Los asaltantes lo golpearon, desengancharon la locomotora y los dos primeros vagones, y descargaron 120 sacos que contenían 2,5 toneladas de dinero en efectivo. Todo ello, sin que el personal que se encontraba en los otros vagones se diera cuenta del golpe. Suma del botín: el equivalente a 54 millones de euros actuales (75 millones de dólares).

Biggs fue detenido un mes más tarde y condenado a 30 años de cárcel, pero en 1965 consiguió escapar de la prisión londinense de Wandsworth, al escalar el muro y huir posteriormente en una furgoneta.

Tras una fuga que lo condujo a Bélgica, Francia e incluso Australia, Biggs se exilió en Brasil, donde consiguió huir de la policía gracias a papeles falsos y a varias operaciones quirúrgicas.

Sin embargo, enfermo y arruinado, decidió regresar a Reino Unido en 2001 para cumplir su pena. Biggs, que fue puesto en libertad en 2009 por motivos de salud, vivió posteriormente en un hospicio en el norte de Londres.

Al final de su vida, obligado a desplazarse en silla de ruedas y a comunicarse a través de un cartel especialmente concebido para ello, en el que figuraban principalmente las letras del alfabeto, Ronnie Biggs no había perdido nada de su sentido de la provocación. Así, dirigió un gesto obsceno a los periodistas durante los funerales del cerebro del asalto del tren Glasgow-Londres, Bruce Reynolds, quien falleció a fines de febrero.

El exjefe de la policía metropolitana de Londres Robert Mark, estimó que Biggs “agregó un bienvenido y poco común toque de humor a la historia del crimen”, según la sección necrológica publicada por el diario británico The Guardian.

De pura casualidad, la BBC ya tenía previsto difundir dos nuevas películas sobre el atraco el miércoles y el jueves.

Peter Rayner, quien trabajara para la compañía de ferrocarriles británica British Rail criticó en el pasado la simpatía que suscitaba Biggs. No obstante, dijo pensar en la familia del fallecido tras su muerte.

“Si bien critiqué -y sigo criticando- a los grandes asaltantes de trenes y al hecho de que se los tratara como si fueran héroes, en particular tomando en cuenta la muerte de Jack Mills, transmito mi simpatía a su familia”, afirmó.

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