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La pequeña Camila se convirtió en símbolo de lucha en la Argentina. Hace un mes, el Congreso del vecino país sancionaba una ley que no permite prolongar la vida de las personas de manera artificial. Se trata de la Ley Muerte Digna y en base al caso de la niña, sus padres lucharon para que esta norma se cumpla, y así lo fue.
Ayer, jueves, la muerte de la niña se concretó luego de que le desconectaran los aparatos que la mantenían viva pero en estado vegetativo desde que nació. Debido a una mala praxis, la pequeña sufrió severas secuelas después de nacer. Perdió el oxígeno esencial, lo que derivó en un paro cardiorrespiratorio. La revivieron durante 20 minutos, pero ya no logaron reparar el daño.
Según el diario Clarin.com, a las 12:05 de ayer, un equipo de médicos del centro donde se encontraba internada Camila desconectó a la pequeña. “Fueron unos pocos minutos los que llevó desconectarle de su cuerpo el botón gástrico que la alimentaba, la vía que la hidrataba, y la traqueotomía por la cual recibía oxígeno”, manifiesta Clarín.